El Papa Francisco se involucró en la polémica relacionada con la visita de diputados de La Libertad Avanza a los represores encarcelados en Ezeiza y las maniobras para lograr su prisión domiciliaria. Francisco recibió en su residencia a Anita Fernández, una sobreviviente del terrorismo de Estado. Según detalló LPO, Fernández es hija de Ana María Careaga, quien estuvo secuestrada por la dictadura mientras estaba embarazada de Anita, y nieta de Esther Balestrino de Careaga, víctima de los vuelos de la muerte tras ser desaparecida por un grupo de tareas comandado por Alfredo Astiz.
El Instituto Espacio para la Memoria, donde trabaja Fernández, divulgó un comunicado en el que afirmaron que el Papa expresó su preocupación por las visitas a Astiz y los intentos de liberación de los genocidas. Francisco calificó estas acciones como “muy peligrosas” y subrayó la importancia de mantener a los represores en prisión.
El momento elegido por el Papa para recibir a Fernández no parece ser una coincidencia. La semana pasada, Francisco también había recibido a la sobrina de Léoni Duquet, una de las monjas francesas desaparecidas por el grupo de tareas de Astiz. Esta coincidencia refuerza la postura del Papa en defensa de los derechos humanos y la justicia.
En un video difundido por el Instituto Espacio para la Memoria, Francisco instó a seguir trabajando por la memoria y a conservar los testimonios de las víctimas. "No aflojen, conserven la memoria de lo que han recibido, no solo de las ideas sino de los testimonios", dijo el Papa, reiterando su apoyo a la preservación de la verdad histórica.
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