(04/06/24 - Lesa humanidad)-.En línea con el pedido de la Unidad Fiscal de Derechos Humanos de Resistencia, integrada por el fiscal general Carlos Amad, el fiscal federal Patricio Sabadini y los fiscales ad hoc Diego Vigay y Horacio Rodríguez, la titular del Juzgado Federal N°1 de Resistencia, Zunilda Niremperger, ordenó la prospección geofísica en un predio situado frente al cementerio San Francisco Solano de esa ciudad, en el marco de la búsqueda de cuerpos de personas desaparecidas durante la última dictadura cívico militar.
La medida se llevó a cabo ayer por parte del antropólogo Diego Rico y del geólogo Héctor Gámez, de la Dirección de Criminalística y Estudios Forenses de la Gendarmería Nacional, bajo la coordinación del antropólogo Juan Nobile, del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF). Los especialistas utilizaron la técnica del uso de georradar (GPR), un dispositivo que sirve para detectar objetos y/o estructuras por debajo del nivel del suelo.
Después de la actividad de campo desarrollada, sobreviene un trabajo en laboratorio con la finalidad de detectar objetos, estructuras y movimientos en el terreno, por debajo del nivel del suelo.
La información que motivó esta medida fue aportada por la Fiscalía Federal, luego de que un familiar de un policía chaqueño condenado por crímenes de lesa humanidad informara acerca de la existencia de un terreno baldío con una laguna, ubicado frente a ese cementerio, que se habría utilizado durante 1976 y 1977 para enterramientos clandestinos.
La fiscalía informó que en los últimos años, tanto el EAAF como el Colectivo de Arqueología, Memoria e Identidad de Tucumán (CAMIT) desarrollaron diversos trabajos de búsqueda, tales como excavaciones con trincheras, georradar y exhumaciones en el cementerio local, en una Chacra de Puerto Tirol, en el arroyo Guaycurú, en la Isla Soto y en el Regimiento La Liguria.
Añadió que, asimismo, por iniciativa de la Fiscalía Federal de Corrientes, desde 2007 también se llevaron adelante varias medidas de búsqueda en el cementerio de Empedrado.
En este contexto, la fiscalía indicó que en Chaco continúa la búsqueda de Fernando Pierola, Roberto Yedro, Reynaldo Zapata Soñe, Carlos Alberto Duarte, Juan Carlos Fernández, Delicia González, Raúl Caire, víctimas de la denominada masacre de Margarita Belén; también la de Sara Fulvia Ayala, Pedro Morel, Enzo Lauroni, Mónica Judith Almirón, Abel Arce y Horacio Oviedo, quienes fueron vistos/as en el centro clandestino de la Brigada de Investigaciones, y la de Carlos Héctor Orianski, Secundino Taco Vallejos, Rogelio Vocouber, Luis Fleitas, Armando Molinas y Juan Bautista Britez, militantes de las Ligas Agrarias.
La actividad del EAFF en la provincia
La fiscalía informó que el Equipo de Antropología Forense logró la identificación de ocho personas asesinadas o desaparecidas en la provincia, con el siguiente detalle:
En 2007 determinó la identidad de Emma Cabral a través de las huellas dactilares que habían sido tomadas al cuerpo de la mujer cuando fue ingresada en los registros “oficiales” como NN por el médico que firmó las actas de defunción.
En abril de 2009 el Tribunal Oral Federal de Resistencia restituyó, mediante la verificación de las huellas dactilares y ADN, la identidad de Alcides Bosch, cuyos restos habían sido exhumados como NN en el cementerio de Resistencia en 2007.
El 27 de agosto de 2010 el Tribunal Oral Federal de Resistencia restituyó los restos de Luis Díaz, identificado por ADN, a su hijo Martín y a su compañera Norma Cajal.
El 12 de noviembre de 2014, el EAAF identificó los restos de Julio Andrés "Bocha" Pereira, cuyos restos habían sido exhumados como NN en junio de 2006 en el cementerio de Empedrado de la provincia de Corrientes.
En febrero de 2018 fue confirmada la identidad de los restos pertenecientes a Carlos Zamudio, asesinado en la Masacre de Margarita Belén.
En septiembre de 2018 se identificó el cuerpo de Carlos Tereszecuck, que había sido enterrado en una tumba NN en el Cementerio de Empedrado Corrientes.
Finalmente, en noviembre de 2019, se logró la identificación de los cuerpos de Manuel Parodi Ocampo y Artuto Franzen. A través de estudios genéticos, se comprobó que se encontraban cruzados en sus sepulturas.
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