Este es de lejos el discurso más radical del mandatario hasta ahora. Habló del ex fiscal Barbosa y cuestionó las imágenes publicadas hoy por la Revista Semana, en donde se detalla la captura a su hijo, Nicolás Petro. Dijo que su proyecto no es una espuma, sino “un huracán en la historia” y todo esto sucedía mientras un grupo de ciudadanos en Puerto Rellena gritaba al unísono “reelección”. La lectura del discurso es compleja. Se da al final de la semana que el presidente sufrió el golpe más certero hasta ahora en el Congreso con la reforma a la salud que quedó moribunda en el Senado, luego de que nueve de catorce senadores anunciaron su intención de votar el archivo del proyecto.
“Colombia cambia si cambia su sistema de salud, si cambia su sistema laboral (…) fui ingenuo convocando a fuerzas políticas que perdieron, estaban ahí para aprovechar el puesto. Equivocación del presidente, de nadie más, por ingenuo, por creer que al ganar uno tiene que ser bondadoso. (…) les propuse un acuerdo nacional, ya no solo para el Gobierno, sino para la sociedad colombiana (…) a quienes asesinaron a 6402 jóvenes, a quienes hicieron este país tan injusto”, expresó Petro en un discurso sin pausa de una hora frente a indígenas y jóvenes en el lugar que se convirtió en símbolo por las protestas que terminaron en violencia en Puerto Rellena durante el llamado estallido social.
“Si las instituciones que tenemos hoy en Colombia no son capaces de estar a la altura de las reformas sociales que el pueblo a través de su voto decretó, entonces no es el pueblo el que se va arrodillando, es la institución la que cambia”, fue el argumento del presidente.
Según el mandatario, “si esta posibilidad de un Gobierno electo popularmente en medio de este Estado y bajo la Constitución de Colombia no puede aplicar la Constitución porque lo rodean para no aplicarla y le impiden, entonces Colombia tiene que ir a una Asamblea Nacional Constituyente”, dijo. “Mostremos a Colombia cómo es el poder popular”, fueron las palabras de Petro.
Ya no es momento de un acuerdo nacional
Otra de las frases más duras del discurso fue sobre el acuerdo al que llamó en varios momentos del año pasado. El presidente señaló que “ya no es momento de un acuerdo nacional como propuse”. Pero en la mitad de esa declaración también lanzó dardos duros a lo que considera oligarquía.
“Yo no voy a los prostíbulos a donde van ellos. Yo no puedo soportar una oligarquía que se pasea por el mundo mientras su propio pueblo se está muriendo, a mí no me gusta eso”, añadió. En las últimas dos semanas, el presidente ha dado por lo menos tres discursos con ataques directos a los medios de comunicación y a los empresarios, pero al mismo tiempo hizo un recorrido con el grupo Nutresa, en donde ahora tienen mayoría accionaria Jaime y Gabriel Gilinski, el dueño de la Revista Semana, cuya directora, Vicky Dávila, fue mencionada de manera reiterada en el discurso y la ha citado indirectamente en discursos anteriores.
De esa reunión con Nutresa salió un acuerdo para la inversión de 10.000 millones de pesos por parte del grupo empresarial para proyectos de Cacao, tal como hace unos meses el presidente se reunió con los dueños de los principales grupos empresariales del país en Cartagena y se estableció un aporte de 100.000 millones de Aval para La Guajira. No se entiende si el fin del gran acuerdo nacional, como lo dijo el presidente, se refiere a los empresarios o a los políticos.
“Han echado tres senadores del Pacto Histórico, me quedé sin cónsules en México, dijeron que la senadora María José Pizarro no puede estar en la mesa directiva, quieren tumbar los decretos, pero dicen que no hay persecución. Quieren acabar con este momento histórico, borrarnos”, sentenció también
Las declaraciones del presidente encendieron las alarmas en el Congreso de la República. El congresista Hernán Cadavid consideró las palabras de Petro como un “ataque directo al Congreso”, caracterizando su discurso como “totalmente complaciente con la primera línea”. Cadavid calificó su discurso como “el más grueso ataque a la democracia por parte del presidente Gustavo Petro”. En este sentido, hizo un llamado urgente para “la defensa de las instituciones”.
Las declaraciones sobre Barbosa
Otro señalado en la declaración desde Cali fue el ex fiscal general, Francisco Barbosa. “Quería tumbarme (…) lo vamos a meter preso; era lo que me decía Barbosa. Por eso veía cómo allanaba una emisora o llevaba a un señor en las noches a torturarlo”, dijo. Pese a eso, se conoció que la semana pasada el presidente se reunió de manera oculta con la fiscal encargada, Martha Mancera, a quien acusó antes de liderar “una Fiscalía mafiosa” y por quien cuestionó a la Corte en los últimos meses, en lo que consideró un retraso injustificado para elegir fiscal de su terna. El tema quedó resuelto cuando la Corte eligió esta semana a Luz Adriana Camargo como nueva fiscal general.
Sin duda, la almendra de la declaración del presidente es el llamado a una Constituyente, pero en Colombia ese mecanismo está cuidadosamente regulado para que incluso la Corte Constitucional tenga que aprobarlo, luego de que sea aprobado por mayorías en el Congreso, algo que es muy poco probable en esta coyuntura. El jefe de Estado dijo en la campaña pasada que él no iba a hacer una constituyente, pero hoy desde Cali propuso el escenario abiertamente. Una Constituyente significa reformar por completo la Constitución del país, a partir de una Asamblea de constituyentes elegida de las principales fuerzas políticas y ciudadanas del país.
Aquí se abre una puerta para la reforma de las instituciones y los derechos tal como sucedió en Chile, en donde el actual presidente, Gabriel Boric, lo propuso dos veces porque el país tenía la constitución de Pinochet -tras el golpe de Estado al presidente Salvador Allende-, pero la iniciativa le salió en contra suya porque en la Asamblea ganaron los movimientos de derecha con las ideas más conservadoras.
La propuesta de Petro al final de la tarde ya desató un terremoto político y seguramente será el tema de debate de los próximos días.
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