La implicada es Vilma Bedia, quien en su perfil de redes sociales se define como “misionera evangélica” y, sin reparos, pobló su despacho en la Cámara alta con su familia.
En concreto, la legisladora jujeña contrató a sus tres hijos, su nuera, sus hermanos, sus sobrinos y su cuñada.
El escándalo se hizo público en las últimas horas, pero desde el Gobierno nacional se despegaron rápidamente
“Son prácticas de la vieja política”, fue la referencia del vocero presidencial Manuel Adorni, quien aseguró desconocer en particular el caso de la senadora Bedia.
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