(14/01/24 - Arqueología)-.Los oasis del desierto de Arabia del Norte estaban habitados por poblaciones sedentarias en los milenios IV y III antes de Cristo. Un equipo de científicos del CNRS y de la Royal Commission for AlUla (RCU) acaba de descubrir una fortificación que rodea el oasis de Jáibar, uno de los más extensos conocidos de este periodo.
Este nuevo oasis amurallado es, junto con el de Tayma, uno de los dos mayores de Arabia Saudí. Aunque ya se habían documentado varios oasis amurallados que se remontan a la Edad del Bronce, este importante descubrimiento arroja nueva luz sobre la ocupación humana en el noroeste de Arabia y permite comprender mejor la complejidad social local durante el periodo preislámico.
Cruzando los estudios de campo y los datos de teledetección con los estudios arquitectónicos, el equipo estimó las dimensiones originales de las fortificaciones en 14,5 kilómetros de longitud, entre 1,70 y 2,40 metros de grosor y aproximadamente 5 metros de altura.
Conservado hoy en día en algo menos de la mitad de su longitud original (41%, 5,9 km y 74 bastiones), este colosal edificio encerraba un territorio rural y sedentario de cerca de 1.100 hectáreas. La fecha de construcción de la fortificación se estima entre 2250 y 1950 a.C., sobre la base de la datación por radiocarbono de muestras recogidas durante las excavaciones.
Si bien el estudio confirma que el oasis de Jáibar pertenecía claramente a una red de oasis amurallados del noroeste de Arabia, el descubrimiento de esta muralla también plantea interrogantes sobre el motivo de su construcción, así como sobre la naturaleza de las poblaciones que la edificaron, en particular sobre sus relaciones con poblaciones ajenas al oasis.
Los investigadores plantean tres razones principales para explicar la construcción de estas monumentales fortalezas en un entorno de oasis: La primera, y la más evidente, era la necesidad de protección física contra grupos móviles de poblaciones procedentes del desierto, que potencialmente podían llevar a cabo incursiones en los asentamientos de los oasis. Este era un peligro bien conocido para las poblaciones sedentarias durante las épocas preislámica e islámica, pero no documentado en contextos de la Edad del Bronce en Arabia del Norte hasta ahora.
La segunda razón, más específica, se refiere a la lucha diaria contra la erosión natural, en particular el aterramiento, la salinización de los suelos agrícolas y las destrucciones violentas por inundaciones repentinas en los uadis.
La última razón fue la voluntad de inscribir una marca de control en el paisaje y demarcar ostentosamente el territorio del oasis. De este modo, este territorio específico se identificaba con una autoridad local, con el fin de impresionar a los visitantes y a los grupos del desierto. Se trataba de delimitar un espacio vital, un asentamiento rural, y separarlo de una zona desértica. La construcción monumental de la muralla en la Edad del Bronce reforzaba así la cohesión del grupo, al tiempo que actuaba como marcador territorial y definía la identidad social.
Concluyen que las murallas de Jáibar fueron construidas probablemente por poblaciones indígenas a medida que se asentaban y demarcaban ostentosamente el territorio de su oasis. Estas murallas duraron varios siglos antes de ser desmanteladas o sustituidas por estructuras más recientes.
Este descubrimiento arqueológico, cuyos resultados se publican en la revista Journal of Archaeological Science: Reports, abre la vía a importantes avances en la comprensión del pasado prehistórico, preislámico e islámico del noroeste de la Península Arábiga.
Fuentes
CNRS | Guillaume Charloux, Shadi Shabo, et al., The ramparts of Khaybar. Multiproxy investigation for reconstructing a Bronze Age walled oasis in Northwest Arabia. Journal of Archaeological Science: Reports, 10 January 2024, 104355. doi.org/10.1016/j.jasrep.2023.104355
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