Dijo en la radio esta mañana, y lo reproducen los medios en las redes, que “las leyes de la cultura vienen de la dictadura de Onganía…” y que el INCAa y el INT “tienen unidades básicas en todo el país por donde la Cámpora repartía plata por un caño oscuro”. Que la Ley de Medios les otorga dinero a estos entes de manera indirecta y oculta.
Lo voy a ilustrar: la ley Nacional del Teatro fue sancionada en 1997 y comenzó a funcionar en 1998, durante un gobierno democrático del cual usted formaba parte… claro quizás estaba demasiado ocupado demoliendo a YPF, y no tenía tiempo de ver que hacían los legisladores. La ley que tuvo vetos de ese gobierno a pesar de la amplia mayoría con la que fue aprobada, fue definitivamente sancionada por aclamación por las Cámaras de Representante de la Nación. Sus fondos son absolutamente transparentes, y están fijados por ley: provienen del COMFER en su mayoría, y de la Lotería Nacional en una porción más pequeña. El COMFER antecede por mucho al ENACOM, que surge de la Ley de Medios, sancionada mucho después. ADEMAS SU PRESUPUESTO, A PESAR DE QUE TIENE RECAUDACION DIRECTA, LO APRUEBAN LAS CAMARAS DENTRO DEL PREUPUESTO NACIONAL CADA AÑO.
Las “unidades básicas” a la que usted se refiere, se llaman Teatros Independientes… mas de 300 en todo el país repartidos por todas la provincias, ciudades y pequeñas localidades… tal vez le sea complejo diferenciar locales políticos de pequeños teatros, pero no debería ser así: como Rufinense que es, sabrá que el primer subsidio de la provincia de Santa Fe, en el mismo año 1998, fue para poder apoyar al “Candilejas” un antiquísimo teatro Independiente de Rufino que sobrevivió a los avatares de la política argentina y llegó rengo, pero vivo, a beneficiarse con la ley.
Por suerte la existencia de este Instituto va a permitirle a todos esos teatros y sus esforzados teatristas a sobrevivir esta nueva etapa porque con esos pesos que le llegan cubren parte del alquiler, la luz, el gas y otros gastos necesarios para funcionar. Nadie le pide ninguna filiación, ni se les exige ninguna temática, mucho menos se inmiscuye en las cuestiones que se abordan… simplemente tienen que documentar que hacen teatro, y como vehículos de la cultura se los ayuda para que las entradas no sean elevadas y puedan disfrutarlo personas de todas las condiciones sociales.
Ocúpese de lo suyo, no hace falta que le mienta a la gente diciendo que el “arte debe ser contestatario…”; deje que el arte sea lo que sea, o lo que pueda. Y si se va a meter, le pido por favor que se informe… el tiempo que le llevó decir sandeces por la radio hoy le hubiera permitido leer la Ley Nacional del Teatro.
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