"La función más importante de un arquitecto es 'la creación de escenarios que permitan y ayuden al desarrollo de escenas felices, que en la vivienda familiar son ceremonias, como hacer el amor, dormir, bañarse, comer y cocinar, mirar el exterior, creando lugares intermedios, sombras, galerías, luz natural y artificial, ‘nietódromos’, ‘enojódromos’...", pensaba Livingston sobre su terreno de intervención.
Su método, que influyó a generaciones de arquitectos del país y de América Latina, concentraba su atención más en la dinámica de las personas que habitan el espacio que en el espacio en sí mismo. Además, tenía una gran conciencia ambiental: "Vivimos interconectados como las capas de una cebolla, el cuerpo, la casa, la ciudad, el planeta", solía decir Livingston.
Esa impronta que marcó su pensamiento sobre la arquitectura y sobre el mundo es la que será tributo del homenaje en la Biblioteca Nacional, con la participación de su familia, amigos y colegas, quienes desarrollarán una puesta artística que hilvana el relato de su vida, a través de danza y textos.
Livingston nació en 1931 y falleció a principios de este año. Trabajó en Cuba, donde supervisó la aplicación del programa Arquitectos de la Comunidad. Escribió más de 500 artículos y publicó más de media docena de libros. Como lo despidieron desde el taller "Arquitectos de familia", inspirados en su legado, "la gran enseñanza de Rodolfo es cómo ser el psicólogo del cliente y darle la casa soñada que quiere".
Su espontánea, ocurrente, divertida y polémica mirada quedó reflejada en un documental de Sofía Mora que se estrenó en 2019, "Método Livingston", un retrato en primera persona de un creador vital y revolucionario que priorizó lo humano y lo sensible sobre la estética dominante y a contracorriente de los cánones de su campo.
Con entrada libre y gratuita, el homenaje se realizará el 27 de noviembre a las 19 en el auditorio Jorge Luis Borges de la Biblioteca Nacional, ubicada en Agüero 2502, CABA.
Publicar un comentario