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El templo de Isis en Pompeya, uno de los primeros edificios en ser desenterrado de las cenizas

(25/10/23 - Arqueología)-.El templo de la diosa egipcia Isis en Pompeya fue descubierto en 1764 durante las primeras excavaciones arqueológicas de la antigua ciudad romana sepultada por la erupción del Vesubio en el año 79 d.C. Fue uno de los primeros edificios en ser desenterrado, y en sus muros todavía se conservaban hermosas pinturas antiguas.

Las excavaciones en Pompeya comenzaron en 1748 bajo el patrocinio del rey Carlos III de España. En 1764, el ingeniero militar suizo Karl Jakob Weber estaba a cargo de supervisar las excavaciones cuando sus trabajadores desenterraron los restos de un pequeño pero casi intacto templo con pinturas y esculturas. El 20 de julio de 1765, el ingeniero Francisco La Vega confirmó a través de una inscripción que se trataba de un templo dedicado a Isis.

El culto a la diosa Isis, oriunda de Egipto, se había extendido ampliamente por el mundo grecorromano. En Pompeya se cree que arribó alrededor del año 100 a.C. Isis era venerada como diosa de la fertilidad, la magia y la salvación eterna. Su culto atraía especialmente a mujeres, esclavos y libertos. Para las mujeres, la participación en el culto de Isis era una oportunidad para involucrarse en la vida religiosa de una forma similar a la de los hombres.

El templo de Isis excavado había sido reconstruido luego del terremoto que dañó Pompeya en el año 62 d.C. Era el único edificio religioso que se había reconstruido completamente para el momento de la erupción vesubiana. Esto destaca la importancia de su culto en la vida cotidiana de los pompeyanos. Incluso cuando el Senado Romano había proscrito el culto de Isis décadas atrás, en Pompeya su popularidad solo había aumentado con el tiempo.

La arquitectura del templo, elevado sobre una plataforma, combinaba elementos egipcios, griegos y romanos. Contaba con columnas alrededor y estaba decorado interior y exteriormente con elaborados frescos en estilo helenístico, representando escenas mitológicas y a la propia diosa Isis. El diseño incluía también un purgatorium, un recinto al aire libre para el agua ritual traída del Nilo.

El área interior del templo, o naos, albergaba las estatuas de Isis y Osiris. En la parte posterior había un gran salón de reuniones (ekklesiasterion) donde los iniciados en el culto participaban de rituales. Junto a este salón se encontraba el sacrarium, que guardaba los objetos más preciados del templo.

Entre los hallazgos se encontraron fragmentos de estatuas y materiales rituales, que junto a los frescos y otros objetos recuperados, se exhiben actualmente en el Museo Arqueológico de Nápoles. El templo en sí permanece intacto y es visitable en la moderna Pompeya.

Los intricados frescos que decoraban las paredes del templo representaban diversas escenas mitológicas. En el ekklesiasterion se encontraba un fresco de Io, una sacerdotisa de Hera convertida en vaca por Zeus para ocultar su affair. Otras escenas incluían la llegada de Io a Egipto y su recepción por parte de Isis. En otra pared estaba representada Io junto con otros personajes de la mitología griega como Argos y Hermes.

El compositor Wolfgang Amadeus Mozart visitó Pompeya y el templo en 1769, cuando tenía solo 13 años de edad. Esa experiencia influyó años más tarde en su famosa ópera La Flauta Mágica, estrenada en 1791. Las escenas y fondos de la ópera reproducen elementos del templo de Isis.

El templo también inspiró ilustraciones y relatos de varios artistas y escritores de la época. Algunas de estas representaciones, si bien ayudaron a difundir el conocimiento del sitio, contenían imprecisiones e incluso exageraban el tamaño del templo. Los grabados de Piranesi en su libro Antiquités de Pompeii de 1804 o los de Jean Claude Richard de Saint Non en Voyage Pittoresque ou Description des Royaumes de Naples et de Sicile de 1782 son ejemplos de esto.

Las fantásticas descripciones e ilustraciones del templo están empapadas del gusto «egiptomaníaco» propio del neoclasicismo y prerromanticismo europeo de finales del siglo XVIII. La cultura egipcia era vista de forma exótica y atraía la imaginación de artistas que muchas veces nunca visitaron Pompeya.

El descubrimiento del templo de Isis abrió una ventana al pasado y a la riqueza de la vida religiosa en la época previa a la devastadora erupción. Su excavación temprana en la historia de la arqueología inspiró obras de arte que ayudaron a difundir el conocimiento de Pompeya en la imaginación popular.

Fuentes

Tempio di Iside (Parco Archeologico di Pompei) | Sharon Kelly Heyob, The Cult of Isis Among Women in the Graeco-Roman World | Giovanni Casadio, Patricia A. Johnston, Mystic Cults in Magna Graecia | Alison E. Cooley, Pompeii | Wikipedia


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