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Crece el repudio a Emilio Ocampo por negar la figura de José de San Martín

(03/10/23 - Ultraderecha/Opinión)-.El economista liberal Emilio Ocampo, que acompaña a Javier Milei y es descendiente del Traidor a la Patria Carlos María de Alvear, dijo que “el Libertador de América no puede ser considerado el Padre de la Patria”. Duras respuestas de diversos historiadores.

Los encumbrados dirigentes de La Libertad Avanza no paran de asombrar. A las increíbles declaraciones de Diana Mondino sobre las Islas Malvinas, al sostener que hay que respetar «los derechos de los isleños», una idea que va en contra de la posición histórica de la Argentina de rechazar la autodeterminación que plantea Londres, se suman ahora las manifestaciones del economista Emilio Ocampo que dijo que “San Martín no fue el Padre de la Patria ni el Libertador de América”.

Esta no es la primera vez que el economista sostiene que “el mito sanmartiniano” lo creó Bartolomé Mitre con su libro “Historia de San Martín y de la emancipación sudamericana” y agregó que en una investigación en los Archivos Nacionales del Reino Unido se había descubierto “una historia que no tenía nada que ver con la que me habían enseñado”.

Ocampo ratificó que “Mitre creó el mito sanmartiniano. ¿Cuál es el mito? El del Libertador de América y el Padre de la Patria. Tiene connotaciones muy importantes. Si uno es el Libertador de América, ya, de por sí, mira a los demás países desde otro escalón. Alimenta un poco más la idea de excepcionalidad y superioridad, algo que, a los argentinos, se les critica desde tiempo inmemorial”.

Emilio Ocampo no es un economista más ni un dirigente que busca generar polémica. Emilio Ocampo es descendiente de Carlos María de Alvear, quien fuera Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de La Plata y acérrimo rival del general José de San Martín.

La postura de Emilio Ocampo no es nueva ni es la única. Es la idea que mantienen quienes se creen los dueños del país y la de quienes consideran que su linaje es el único que puede representar a la Patria. Ese linaje desconoce a los pueblos originarios y a los criollos y se percibe como los verdaderos fundadores de la Nación. Son los que se opusieron desde el centralismo porteño a las provincias del interior y luego desembocaron en la oligarquía terrateniente de la pampa húmeda.

Un traidor a la Revolución

Carlos María de Alvear fue militar y político. Inició su carrera en España, llegando a alférez, de donde regresó en 1812 con José de San Martín a Buenos Aires para sumarse a la lucha por la Independencia.

En 1815 se convirtió en director Supremo, y veía al General San Martín como una amenaza para sus intereses, entonces impulsó una reorganización militar en tres ejércitos: Norte, Banda Oriental y Buenos Aires. A San Martín lo envió a Cuyo, lo que implicaba que pasaba a ser su subordinado militar.

El propio Alvear en una nota escribe: ‘Nos sacamos de encima a San Martín, hombre enemigo del centralismo’” y además inició un plan para asesinarlo. Fue San Martín quien se lo recordaría a Alvear en una carta: “Usted ha atacado mi reputación, usted me ha puesto a este pueblo y a mí, en los mayores compromisos, usted me ha faltado a su palabra y tengo probado que pidió 15 o 20 asesinos para quitarme la vida”.

Alvear no pudo doblegar a San Martín. No pudo sacarlo de la gobernación de Cuyo. No pudo evitar que cruzara la Cordillera de los Andes y liberara a Chile y después a Perú.

El 25 de enero de 1815, Alvear cometió un hecho de máxima gravedad para los pueblos que luchaban por liberarse del yugo español. Asustado por el regreso del absolutista Fernando VII al trono de España y ante la perspectiva de una derrota definitiva de Napoleón, le escribió al embajador inglés en Río de Janeiro, Lord Strangford, para decirle sin tapujos: “Queremos ser colonia británica”.

Alvear no pudo doblegar a San Martín. No pudo sacarlo de la gobernación de Cuyo. No pudo evitar que cruzara la Cordillera de los Andes y liberara a Chile y después a Perú.

“Estas provincias desean pertenecer a Gran Bretaña, recibir sus leyes, obedecer a su gobierno y vivir bajo su influjo poderoso. Ellas se abandonan sin condición alguna a la generosidad y buena fe del pueblo inglés, yo estoy resuelto a sostener tan justa solicitud para librarlas de los males que las afligen”, aseguró Carlos María de Alvear.

Jaqueado por los hechos, Alvear presentó su renuncia y se fue a Río de Janeiro. Diversos historiadores coinciden en que Alvear huyó con un baúl que contenía planos y documentos confidenciales, con detalles muy precisos del estado de las fuerzas militares patriotas, la cantidad de hombres, armas y municiones, su ubicación exacta en todo el territorio virreinal y revelaciones sobre los próximos pasos a seguir por los ejércitos rebeldes.

Fuertes cuestionamientos

El presidente del Instituto Nacional Sanmartiniano, Eduardo García Caffi fue contundente sobre las expresiones de Ocampo y dijo que "demuestra una incultura seria. Hay personas que miran la historia en una forma vacía que quieren negar la realidad para tratar de imponer otras realidades. Ocampo es descendiente de Alvear y quiere revivir esa vieja disputa. Es negar 200 años de historia de la realidad que hizo San Martín y buscar interpretaciones insólitas".

Agregó que "San Martín no solo dio la libertad a medio continente, sino que también brinda el legado de la libertad como bien supremo. Sus ejércitos son de los pocos casos que fueron de liberación y no ocupación. La denominación de Padre de la Patria está en función de lo que está documentado".

Por su parte, el historiador Ricardo De Titto calificó de “falacia” la revisión y enfatizó que “no deja de ser curioso que el señor Emilio Ocampo, siguiendo tal vez la impronta de su referente político, Javier Milei, opine con supuesta seriedad y documentación sobre temas que los historiadores profesionales tienen, a esta altura del partido, bastante resueltos”

De Titto añadió que “esto ya es de una osadía sorprendente. ¿Tiene alguna idea el señor Ocampo de lo que significó organizar el Ejército de los Andes, de los esfuerzos sobrehumanos de esos combatientes, de sus oficiales y de la civilidad que lo acompañó de ambos lados de la Cordillera?”.

La historiadora y escritora Ema Cibotti también desacreditó las afirmaciones de Emilio Ocampo, y destacó que fue Domingo Faustino Sarmiento quien consagró a San Martín como 'el Padre de la Patria'. Expresó que "el que instaló a San Martín como padre de la Patria no fue Mitre, sino Sarmiento" y señaló que "Ocampo también dijo que San Martín era un espía inglés. Levantó cosas sin ninguna prueba. Esto no tiene asidero".

El historiador Miguel Ángel de Marco sostuvo que el descendiente de Carlos de Alvear le tiene a San Martín “el mismo desafecto” que su antepasado. “¿No fue el Libertador de América? ¿Y qué hizo formando el Ejército de los Andes, dando libertad a Chile y al Perú, y aun participando, luego del retiro, mediante sus oficiales y soldados, en la última batalla de la Independencia, Ayacucho?”, se pregunta De Marco y agregó que “San Martín está en el bronce por lo que hizo, sobreponiéndose a sus humanas falencias y debilidades; no por haber carecido de ellas. Ese es su ejemplo, tan vigente como necesario en nuestros días. Su honradez, su vigoroso entusiasmo, su infatigable actitud de servicio constituyen hoy un verdadero acicate”.

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