(13/09/23 - Lesa Humanidad)-.Un testigo, que actualmente se desempeña como investigador del Conicet, declaró ante el Tribunal Oral Federal (TOF) de Tucumán sobre el secuestro y las torturas de las que fue víctima, en el juicio de lesa humanidad denominado "Jefatura III", que abarca a crímenes perpetrados en perjuicio de 237 víctimas durante el Operativo Independencia y la dictadura militar instaurada el 24 de marzo de 1976.
Pedro Córdoba es ingeniero químico y actualmente trabaja como investigador del Conicet, y tenía 26 años cuando fue secuestrado el 5 de junio de 1976, en una casa ubicada en la calle Lavalle 261 de la capital tucumana, donde vivía junto a su madre Deyanira Adela Beltramelli de Córdoba y su hermana María del Valle Córdoba.
“Estudiaba desde la tarde hasta la noche y volvía a mi casa a dormir”, indicó Pedro que en ese entonces era estudiante y se desempeñaba como ayudante en la Cátedra de Dibujo y Geometría Descriptiva de la Facultad de Ciencias Exactas y Tecnología de la Universidad de Tucumán (UNT).
“Entraron tres o cuatro personas con ropa militar o policial y armados. A mi madre y a mi hermana las encerraron en una habitación. A mí me golpearon, me ataron las manos, vendaron los ojos, me sacaron a la calle y me subieron a la parte de atrás de un Ford Falcón, el auto del terror”
El testigo le contó al TOF, integrado por Noel Costa, Jorge Basbus y Juan Carlos Reynaga, que la noche de su captura se encontraba en su habitación listo para dormir, cuando escuchó “ruidos fuertes” y vio que la puerta del domicilio "estaba destrozada”.
“Entraron tres o cuatro personas con ropa militar o policial y armados. A mi madre y a mi hermana las encerraron en una habitación. A mí me golpearon, me ataron las manos, vendaron los ojos, me sacaron a la calle y me subieron a la parte de atrás de un Ford Falcón, el auto del terror”, recordó.
En el transcurso del viaje que según pudo calcular la víctima duró alrededor de 15 minutos, fue golpeado y despojado de sus pertenencias, su billetera, cinto y un reloj pulsera.
“Llegamos a un lugar, me decían que había escalones ficticios, pero no había nada” relató el Pedro, quien supo que “era un lugar de torturas por los gritos y llantos que se escuchan. Ahí me pusieron cables, me daban electroshock, me desmayaba y me despertaban a patadas".
Y en su relato agregó: "Durante las torturas me preguntaban por cada uno de los miembros de familia y con quienes trabajaba”.
“Era un lugar de torturas por los gritos y llantos que se escuchan. Ahí me pusieron cables, me daban electroshock, me desmayaba y me despertaban a patadas"
Después de ser torturado, Pedro es llevado de nuevo a una habitación y horas después “me pude levantar la venda y ver que estaba en la Jefatura de Policía. Después me llevaron a un lugar más grande, ahí había como 30 personas”.
En ese lugar “había tráfico constante de personas detenidas ilegalmente. Nos ponían números identificatorios. Estábamos sentados uno al lado del otro y cuando pasaban nos golpeaban en la cabeza. Nos daban poco de comer y poca agua. También había mujeres, eran especializados en hacerlas gritar con las torturas y escuché que había chicas embarazadas”.
Pedro estuvo secuestrado en la Jefatura hasta el 21 de junio de 1976, “ese día me levantaron, me subieron a un auto y me dejaron en las inmediaciones de mi casa”.
“Supe tiempo después que el mismo día que me secuestraron intentaron llevarse a dos amigos, pero no pudieron” y también por ese tiempo “secuestraron a dos compañeros de trabajo”.
En esta megacausa se juzga la responsabilidad de 27 acusados, entre los que se encuentran expolicías y exmilitares, de delitos de lesa humanidad cometidos entre 1975 y 1983 en el centro clandestino de detención que funcionaba en la Jefatura de Policía de Tucumán y en instalaciones del Ingenio Nueva Baviera.
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