"Si queremos revertir la historia desde los pobres, es necesario en primer lugar seguir trabajando en el mejoramiento de los procedimientos legales para evitar el encarcelamiento de inocentes, y para la pronta liberación de los inocentes encarcelados", dijo el arzobispo de San Salvador, José Luis Escobar, en una homilía en la catedral de la capital.
Escobar abogó por "la administración de la pronta y cumplida justicia", mientras organismos de derechos humanos critican los métodos de Bukele para acabar con las pandillas, que ejercían control territorial en buena parte del país y se financiaban con el cobro de extorsiones, el sicariato y la venta de drogas.
Bukele, quien cumplió en junio cuatro años en el poder y aspira a la reelección en 2024, lanzó en marzo de 2022 su guerra contra las pandillas.
Esa política se produce al amparo de un régimen de excepción que permite, entre otras cosas, detenciones sin orden judicial.
Dicho régimen fue aprobado por el Congreso dominado por el oficialismo, en respuesta a una escalada de 87 homicidios en un fin de semana en 2022, que Bukele atribuyó directamente a las pandillas.
Según el gobierno, diferentes encuestas refieren que la mayoría de la población aprueba la medida al brindarle una sensación de seguridad.
Desde entonces fueron detenidos casi 72.000 presuntos pandilleros y las autoridades anunciaron la liberación de unos 5.000.
El arzobispo dijo que aunque los detenidos que sean declarados "culpables" deben cumplir una sentencia, porque "no se les puede abandonar como si fueran sujetos de venganza y no de justicia".
Además, abogó por que los presos reciban "atención" espiritual y psicológica, además de "procurarles formas de invertir su tiempo no solo con el trabajo, sino con buenas lecturas, jornadas de estudio para que el pago de su condena sea un paso que permita su conversión y no sea un momento que lo sumerja en la desesperación".
Es necesario "seguir trabajando en prevención del origen de la violencia" en el país, añadió Escobar en su homilía, según la agencia de noticias AFP.
Bukele impuso el martes un cerco militar y policial con 8.000 efectivos en el departamento central de Cabañas, el primero en una región completa, que dejó por ahora un muerto y una quincena de detenidos, según las autoridades.
Escobar anunció además que la Conferencia Episcopal de El Salvador inició las gestiones para la canonización de "un grupo grande de nuestros mártires" muertos en el marco la guerra civil (1980-92).
Uno de ellos es el sacerdote hispano-salvadoreño Ignacio Ellacuría, asesinado por militares junto a otros cinco sacerdotes y dos mujeres en el campus de la jesuista Universidad Centroamericana (UCA), de la que era su rector.
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