La empresa Tokyo Electric Power (TEPCO), operadora de la central nuclear de Fukushima, dice que planea liberar un total de 7800 metros cúbicos en un período de 17 días.
La decisión ha despertado las críticas de China, que lo considera un acto “irresponsable y egoísta”. Pekín también exige que la parte japonesa detenga esta iniciativa y suspendió la importación de todos los productos acuáticos originarios de Japón a partir del 24 de agosto.
Los vertidos de agua radioactiva al Pacífico también han provocado protestas dentro y fuera de Japón. Decenas de manifestantes se reunieron en Tokio, capital, para condenar la medida.
También ha habido protestas en Hong Kong y Corea del Sur. En esta última, la protesta ha llegado al interior de la embajada nipona en Seúl y se ha saldo con varios detenidos.
La descarga se realiza doce años después del accidente nuclear. Se descargarán en el Pacífico unos 1,3 millones de toneladas de agua contaminada y será un proceso que podría durar 30 años. El sector pesquero, a su vez, ha anunciado una demanda para detener el vertido.
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