"Aung San Suu Kyi fue trasladada a un complejo de alto nivel en la noche del lunes", informó un dirigente de la Liga Nacional para la Democracia (LND) a la agencia de noticias AFP bajo condición de anonimato.
Suu Kyi solo fue vista una vez desde el golpe del 1 de febrero de 2021, en unas fotografías granulosas difundidas por los medios estatales en un tribunal en la capital Naipyidó.
El golpe de Estado hundió al país del sudeste asiático en un conflicto que dejó más de un millón de desplazados, según Naciones Unidas. Una ONG local calcula en más de 3.800 los muertos por la represión militar desde entonces.
El responsable del partido de Suu Kyi confirmó que esta se había reunido con el presidente de la Cámara Baja de Myanmar, Ti Khon Myat, y que probablemente se encontraría con Deng Xijuan, el enviado especial de China para Asuntos Asiáticos, que está visitando el país.
Una fuente de otro partido político dijo que la líder civil fue trasladada a un complejo en Naipyidó, la capital construida por la junta militar.
En julio, el jefe de la diplomacia de Tailandia explicó que se había reunido con Aung San Suu Kyi, en el primer encuentro conocido con un enviado extranjero desde su detención.
Desde su detención, existen preocupaciones por la salud de la Nobel de la Paz de 78 años, condenada a 33 años de prisión por multitud de cargos.
Grupos de derechos humanos criticaron el juicio como una farsa dirigida a apartar a la dirigente, popular en su país y criticada en el extranjero desde que en 2017 comenzó la persecución del Ejército birmano a la minoría musulmana rohingya.
La líder civil birmana empezó su detención en arresto domiciliario en Naipyidó, pero en junio de 2022 fue trasladada a un complejo penitenciario en otra parte de la ciudad.
Durante una junta anterior de los militares, Aung San Suu Kyi pasó una 15 años en arresto domiciliario, durante los que su lucha por la democracia ganó fama mundial.
En ese periodo vivía en la mansión colonial de su familia junto a un lago en la capital comercial del país, Rangún, donde solía dar discursos a las multitudes que se reunían alrededor de la casa.
Su popularidad en Myanmar sigue siendo muy alta, a pesar de que su imagen internacional quedó salpicada por su acuerdo para compartir el poder con los militares y su fracaso al proteger a la perseguida minoría rohinyá.
Después del golpe que acabó con una década de experimentación democrática, muchos de sus fieles renegaron de su compromiso con la no violencia y tomaron las armas contra los militares.
La junta justificó el golpe del 1° de febrero de 2021 por un supuesto fraude en las elecciones de noviembre de 2020, libres y justas según observadores internacionales, que ganó ampliamente el partido LND de Suu Kyi.
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