(24/07/23 - Conflicto Ucraniano)-.El presidente ruso, Vladimir Putin, recibió a su par y aliado bielorruso, Alexandr Lukashenko, e insistió en que una contraofensiva lanzada por Ucrania para recuperar territorio ocupado por Rusia no obtuvo ningún resultado hasta ahora.
El encuentro en la ciudad rusa de San Petesburgo, que durará dos días, es el primero entre ambos líderes desde que Bielorrusia medió para poner fin a una rebelión de los mercenarios del grupo Wagner en Rusia, hace cuatro semanas.
El acuerdo que terminó con el levantamiento incluyó el exilio en Bielorrusia de los combatientes de Wagner, y Lukashenko insinuó hoy éstos estaban ansiosos por atacar a Polonia, una aliada de Ucrania, pero que él los mantenía en su territorio.
Al comienzo de la cita en el palacio Konstantinovski, el presidente ruso aseveró que la contraofensiva ucraniana emprendida a comienzos de junio para tratar de recuperar el terreno invadido por Moscú en el sur y el este de Ucrania "ha fracasado".
"No existe. Ha fracasado. No hay resultados", proclamó Putin.
El presidente Lukashenko aseguró que que el Ejército ruso destruyó en las últimas 24 horas "una cifra récord" de material militar entregado a Ucrania por Estados Unidos y otros países de Occidente.
El mandatario bielorruso mencionó la destrucción de "más de 15 carros de combate Leopard y más de 20 vehículos de infantería Bradley" en una sola batalla.
Putin también habló de "importantes bajas" entre los "mercenarios extranjeros" que combaten junto a las tropas ucranianas.
"Están sufriendo pérdidas significativas", dijo.
"La gente de los países que están enviando a gente a la zona de guerra deben saber lo que está pasando allí, y vamos a llamar su atención para que cuestionen las acciones de sus gobernantes", agregó, informó la agencia de noticias AFP.
El líder bielorruso se refirió a su vez al grupo Wagner, que peleó junto al Ejército ruso en Ucrania hasta que el 24 de junio se rebeló durante algunas horas contra la cúpula del Ejército y el Ministerio de Defensa por la marcha de la guerra.
El levantamiento no estuvo dirigido contra Putin, pero puso en serio entredicho su autoridad como nunca antes en más de 20 años en el poder en Rusia.
Lukashenko lanzó un dardo a la vecina Polonia, a través de cuyo territorio llegan armas occidentales a la vecina Ucrania y que está inquieta de tener a los hombres de Wagner a las puertas de su frontera.
"Puede que no deba decirlo, pero lo voy a hacer. Los 'wagneritas' están empezando a presionarnos: 'Queremos ir hacia el oeste. Déjennos'. Les pregunto que por qué quieren ir hacia el oeste. 'Bueno, queremos ir de excursión a Varsovia, a Rzeszow'", dijo.
Rzeszow es uno de los aeropuertos polacos donde llegan los suministros bélicos estadounidenses y de otros aliados para su envío a Ucrania.
Putin le respondió con una sonrisa, y Lukashenoko agregó: "Pero por supuesto, los mantengo en el centro de Bielorrusia, tal y como acordamos".
Los dos mandatarios saludaron luego juntos a una muchedumbre en Kronstadt, una ciudad situada en una isla en frente de San Petersburgo, y se tomaron fotos con algunas de las personas presentes.
Ayer, Ucrania voló en un ataque con drones un depósito de municiones en Crimea, lo que obligó a evacuar población alrededor y a suspender el tráfico ferroviario en esta península ucraniana anexada por Rusia en 2014.
La muerte del periodista ruso Rostislav Zhuravlev, de la agencia de noticias estatal rusa Ria Novosti, en un bombardeo ucraniano suscitó la ira del Kremlin, que prometió una "respuesta" a los responsables de ese ataque.
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