En una entrevista a Télam, el referente trotskista aseguró que las actividades proselitistas de Política Obrera se concentran en denunciar la precarización laboral que viene "acentuándose en los últimos años", y afirmó que en las esta primarias abiertas simultáneas y obligatorias (PASO) del 13 de agosto, la fuerza que encabeza --surgida de una escisión que en 2019 se produjo en el Partido Obrero-- intentará superar "el piso proscriptivo" del 1,5 de los votos para poder participar de las elecciones generales del 22 de octubre.
¿Qué propuesta tiene Política Obrera en esta campaña?
Hay una gran amenaza contra el derecho laboral. Es un denominador común de los principales precandidatos. La precarización no solo es en el tipo de contrato, como es el monotributo, sino que nos enfrentamos al problema de la duración de la jornada. Estamos en un escenario en el cual se pretende condicionar el salario a clausulas extorsivas de productividad, presentismo y horas extras. Llamamos a un voto a Política Obrera contra esta política a la precarización.
¿Cómo podría implementarse esta política de precarización en las relaciones laborales?
Hay que garantizar el derecho de todo trabajador a estar en relación de dependencia. Comisiones de trabajadores deberían auditar la situación laboral y poner de manifiesto la existencia de irregularidades. Esto es una convocatoria a la movilización política de la clase obrera y contra la complicidad de la burocracia de los sindicatos que han consentido que progrese la precarización. Estos planteos de precarización vienen acompañados de mano dura, criminalización de la protesta y uso del código penal para acallar los reclamos. Es muy grave. Se está conformando una grave amenaza a las libertades democráticas. Las declaraciones de terminar con los piquetes y las protestas tienen un tinte netamente fascista. "Todo o nada, terminar, acabar". El pueblo no va a tolerar ese ajuste y la restricción a movilizarse.
En materia de macro economía, ¿cuáles son las posiciones de Política Obrera?
En primer lugar la impugnación y el no pago de la deuda pública usuraria. Se trata de una operación por parte del capital internacional y de la burguesía nacional contra las masas trabajadoras. Un título de deuda es un derecho que el Estado argentino hace valer contra los salarios y las jubilaciones, porque los intereses y el capital se pagan con ajuste. El FMI no es solo acreedor de Argentina, sino auditor de toda la situación de la deuda pública. Su papel fundamental es actuar como una suerte de derecho vitalicio sobre la fuerza laboral del país.
El no pago al FMI implicaría entrar en default. ¿Considera que es posible este escenario sin que las consecuencias la sufran los trabajadores?
El default es una medida capitalista. Es lo que va a ocurrir cuando comience el próximo gobierno con el nombre elegante y diplomático de reestructuración de deuda o reperfilamiento. Nuestra impugnación de la deuda es a la vez la impugnación de todo régimen social y político del capital financiero. No concebimos el no pago como un planteo aislado o como un concurso de acreedores internacionales.
¿Cómo evalúa el fenómeno que representa el precandidato a presidente de La Libertad Avanza (LLA), Javier Milei, y su propuesta de dolarizar la economía?
Milei es un dolarizador devaluado. Quedó de manifiesto que su modelo político es un régimen de franquicias rentadas a escala nacional. La marca "Milei" se compra y se vende como sus candidatos. Irrumpió en la política denunciando la casta y demostró ser la mayor casta de todas. Ahora ha entrado en un derrumbe. Además, la dolarización de la economía es un plato recalentado de (el expresidente) Carlos Menem y (el exministro de Economía) Domingo Cavallo. Como en esa época, implicaría un nuevo proceso de endeudamiento, como Argentina ya tiene una deuda enorme, requeriría garantías en activos físicos. Eso es lo que sugieren los asesores de Milei, por ejemplo, con la colocación en garantía de las acciones en YPF como fondeo del nuevo endeudamiento, privatizaciones y entrega de recursos públicos.
¿Por qué no se logró una fuerza única trotskista en estas elecciones? ¿Qué criticas realiza Política Obrera al Frente de Izquierda (FIT-U)?
El FIT-U es una fuerza en retroceso. No ha jugado un papel de liderazgo político para los luchadores en todo el periodo previo y llega a las PASO en medio de una feroz lucha interna que no es más que una puja por cargos y posiciones. Las delimitaciones políticas de las izquierdas se van a acentuar a futuro entre el oportunismo y la cortedad de miras por un lado, y por el otro lado, una visión de carácter estratégico de esta crisis nacional y mundial.
¿Qué respondería a quiénes acusan a la izquierda de ser demasiado dogmática en sus planteos?
El dogmatismo en términos críticos es la pretensión de amoldar la realidad a un cuerpo de ideas. Otra cosa es interpretar la realidad, entenderla en sus contradicciones con un método político. En ese sentido, no me siento abarcado por ese término.
¿Ve posible en el escenario actual una mayor organización de los trabajadores que permitiría una revolución socialista? ¿Coincide en que hay una despolitización de la juventud?
No es propio de un verdadero socialista culpar a las masas o a la juventud por las limitaciones del proceso político. Lo primero que tiene que hacer una autentica fuerza de izquierda es plantear sin rodeos sus propósitos socialistas y buscar a través de la convicción y la conciencia un avance político entre los trabajadores.
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