"Gobierno y empleadores nos quieren imponer una reforma injusta y obligarnos a trabajar dos años más, robarnos dos años de vida", criticó la líder del sindicato CGT.
"No hay ninguna fatalidad en morir en el trabajo", dijo Sophie Binet, secretaria general de la Confederación General del Trabajo (CGT), al tiempo que denunció una "omertá" (ley del silencio) sobre el tema.
Con motivo del Día Mundial de la Salud y la Seguridad en el Trabajo, Binet pidió el restablecimiento de los comités de salud, seguridad y condiciones de trabajo, abolidos por el presidente Emmanuel Macron en 2017. Asimismo, solicitó un aumento de las plantillas de inspectores y de la medicina del trabajo, "para que nuestras alertas sean escuchadas y que haya una verdadera prevención".
Además, sugirió "sancionar a las empresas que no cumplan con las normas de prevención", así como permitir más jubilaciones anticipadas para los empleados que realizan trabajos arduos. Según Binet, en el país "mueren cada día dos trabajadores en el trabajo".
"En vez de trabajar en estos temas de prevención, en vez de actuar contra los accidentes y muertes en el trabajo, el Gobierno y los empleadores nos quieren imponer una reforma injusta y obligarnos a trabajar dos años más, robarnos dos años de vida", criticó.
En este sentido, afirmó que buscará presionar a los parlamentarios para que apoyen un proyecto de ley de derogación de la reforma de las pensiones, que debe someterse a votación el próximo 8 de junio.
Francia fue el país de la Unión Europea con mayor tasa de accidentes laborales mortales en 2019 (3,5 por cada 100.000 trabajadores), según Eurostat.
Durante esta misma jornada, manifestantes iniciaron un incendio y bloquearon el sitio de la obra de construcción de la futura piscina olímpica de París 2024.
"Sin respuesta del Gobierno sobre la reforma de pensiones, no hay Olimpiada", gritaron los activistas.
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