(23/01/23 - Brasil, Por Ariadna Dacil Lanza) El flamante canciller de Brasil, Mauro Vieira (foto), destacó que el "relanzamiento" de las relaciones con la Argentina es de "prioridad máxima" para el Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, a la vez que defendió los mecanismos de integración regional, en una entrevista concedida a Télam a horas de viajar a Buenos Aires para la visita de Estado del mandatario brasileño y para participar de la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).
Vieira, diplomático de casi 50 años de carrera, en la que ocupó el cargo de embajador en la Argentina, Estados Unidos y Naciones Unidas, aseguró que restablecerá el diálogo con Venezuela y Cuba, aseguró que China y EEUU tienen la misma prioridad en su agenda y dijo que el 8 de enero en Brasilia "la violencia golpista fracasó".
El día en que usted asumió dijo que la voluntad de la nueva gestión es la vuelta de Brasil a las tribunas internacionales. En el escenario regional, ¿cuál cree que es la integración posible en este momento?
Lo que vamos a hacer en Buenos Aires y (en la visita posterior a) Montevideo es dialogar con los socios en cuanto a la situación que heredamos y posibles rumbos a seguir. El primer paso es relanzar la relación bilateral y eso se hará a partir de la declaración conjunta de los presidentes (Alberto) Fernández y Lula, que va a ser el guion de ese relanzamiento, con objetivos y tareas claras. En cuanto a la integración, hay que hablar con la Argentina, Uruguay y Paraguay sobre el presente y el futuro del Mercosur, proyecto con el cual estamos comprometidos históricamente, y hacer los ajustes necesarios en diálogo permanente con los empresarios de nuestros países. Por eso tendremos un diálogo entre empresarios en esta visita.
¿Qué temas serán parte de la reunión bilateral entre los presidentes Lula y Fernández?
Además de relanzar la alianza estratégica, como dije, la relación bilateral vuelve a su lugar de prioridad máxima para los dos países. Los acuerdos que se están discutiendo en distintas áreas, como integración energética, economía, salud, defensa y ciencia y tecnología, entre otros, constituyen un guion sobre el cual estará orientado el trabajo de diálogo bilateral de los próximos meses. En una futura visita del presidente Fernández a Brasilia, habremos avanzado en concretar algunos de los objetivos a los que nos propondremos en Buenos Aires.
¿Brasil podría facilitarle a la Argentina los Derechos Especiales de Giro (DEGs) que le corresponden del FMI y que no utiliza por su fortaleza en reservas en el Banco Central? En el caso de concretarse, ¿podría ser el primer paso para una convergencia monetaria?
Los equipos técnicos de los ministerios de los dos países están trabajando intensamente, estamos hace menos de tres semanas en funciones y creo que en este momento no me corresponde hacer una evaluación. Puedo decir que la profundización de la integración y el fortalecimiento de los vínculos económicos y comerciales vuelven a ser una prioridad para Brasil.
¿Qué lugar le asigna a la Celac en ese proceso de integración y en la política exterior brasileña? ¿Qué significa la vuelta de Brasil a ese mecanismo regional?
Una de las primeras decisiones que tomamos fue la de volver a la Celac y participar ya en la reunión de Buenos Aires, como señal clara de nuestro compromiso con los espacios de diálogo y concertación regional. No se entiende que los hayamos dejado, pero Brasil está de vuelta al diálogo con los demás países de la región. Una de las primeras tareas que me encargó el presidente fue la de reconstruir puentes con los países vecinos y de la región. El encuentro de Buenos Aires es un nuevo momento para demostrarlo. Esos mecanismos son fundamentales para la resolución de problemas y para coordinar proyectos beneficiosos para nuestros pueblos.
En su discurso después de la victoria, Lula destacó que los "parceiros" (socios) de Brasil son EEUU y Europa. ¿En qué lugar queda China? ¿Y los Brics?
Las instrucciones iniciales del presidente Lula fueron claras en cuanto a reconstruir puentes no solo con Latinoamérica y África, sino también con EEUU, China y Europa, con el mismo grado de importancia y de prioridad. Estamos llevando a cabo esa tarea. Ya el 30 de este mes el canciller alemán Olaf Scholz visitará Brasilia. El 10 de febrero Lula hará una visita oficial a Washington y estamos trabajando para que en marzo haga una a China. En cuanto a los Brics, sigue estando entre los espacios de diálogo y concertación prioritarios para nosotros.
¿Cuáles cree que pueden ser los costos para Brasil por volver a mantener relaciones diplomáticas con países como Venezuela y Cuba?
Solo veo ventajas, creo en la diplomacia y en el diálogo como herramientas para la resolución de problemas. Con Cuba mantuvimos relaciones a nivel del encargado de negocios, pero vamos a restablecer el pleno diálogo con una bilateral presidencial en la Celac y vamos a enviar a La Habana un embajador para que me ayude a reconstruir puentes con el Gobierno y el pueblo cubano. Con Venezuela se rompieron relaciones durante el Gobierno anterior y estuvo fuera de lugar, porque es algo impensado para nuestra política exterior, que siempre privilegió el diálogo, más allá de eventuales diferencias. Esta semana enviamos a Caracas, para retomar la plena operación, un equipo liderado por un encargado de negocios, quien tomará las medidas necesarias para que vuelvan a funcionar la embajada y el consulado lo antes posible.
Considerando las críticas que hicieron países de la región a la Organización de los Estados Americanos (OEA) el año pasado durante la Cumbre de las Américas y a su conducción a cargo de Luis Almagro, ¿qué lugar tendrá ese mecanismo para la política exterior brasileña?
Me gustará mucho escuchar de los demás países de la región una evaluación, pero siempre mirando hacia el futuro y a la construcción de soluciones. Lo mismo con Unasur, algo sobre lo que seguramente también discutiremos. Pero la OEA es un ente históricamente importante y eso hay que tenerlo en cuenta.
El 8 de enero en Brasilia se registró un ataque que rememoró el asalto al Capitolio en EEUU, ¿cree que movimientos antidemocráticos similares se pueden replicar en la región?
Lo que demuestra el ejemplo brasileño es que, ante el acoso de la desinformación, de los golpistas, los violentos y los mercenarios que cometieron crímenes horribles, la respuesta de las instituciones democráticas tiene que ser firme. Hace años que las instituciones enfrentan con éxito al golpismo y a las voces del odio y de la intolerancia. La elección del presidente lo demuestra. La democracia se impuso a la barbarie. El pueblo brasileño tomó su decisión, que será respetada, y la violencia golpista fracasó. El 8 de enero fue una página triste, pero la Justicia brasileña cumplirá su rol en defensa de la Constitución de 1988 y del Estado democrático de derecho. No habrá impunidad.
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