La imposición de sanciones antirrusas, no obstante, ha jugado en contra y ha dificultado la vida de los europeos. Este viernes, miles salieron a las calles de Bruselas, capital de Bélgica, para denunciar el hecho de que la gente corriente ya no pueda tener casas calientes y que tendrá que hacer cálculos sobre el uso de la energía. Además, cuestionaron la buena fe de sus autoridades para solucionar las crisis de la energía y la inflación sin precedentes.
Además de la crisis de energía, los europeos tienen que luchar por llevar un plato de comida a la mesa, de hecho, la presión sobre los alimentos, según organizaciones de caridad, es realmente sustancial. Dicen que ahora este problema afecta también a las personas que tienen alojamiento e incluso a los empleados.
La crisis por el alto costo de la vida, que se debe a gran medida al conflicto en Ucrania, ha afectado a muchos países europeos. En el Reino Unido, también, los trabajadores de muchos sectores, como los del control de tránsito, realizaron masivas huelgas, para reclamar mejores salarios.
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