Se trata de Sabrina Garbiero, quien brindó su relato sobre su padre, Roberto Juan Garbiero, ante el Tribunal Oral Federal (TOF) de Bahía Blanca, integrado por los jueces Ernesto Sebastián, Sebastián Luis Foglia y Marcos Aguerrido.
La mujer dijo que a su padre la última vez que lo habían visto había sido el 19 de agosto de 1976 en Bahía Blanca en una vivienda de la calle 19 de mayo al 500.
"Mi familia estaba formada por mi mamá, mi papá, un hermano y yo", sostuvo al indicar que su padre en ese momento "estaba de ayudante del Departamento de Física de la Universidad Nacional del Sur, militaba inicialmente en la Juventud Peronista, luego estuvo con Montoneros y tengo entendido que el último tiempo se había desvinculado pero seguía involucrado en la movilización y en la organización social en Bahía Blanca".
"Tenía siete años, aclaro que mi relato es una construcción de los que nos planteó con el tiempo mi mamá y otros testigos, amigos, vecinos, en concreto ese día no lo vivenciamos sino que vivenciamos los pre y post efectos de esa situación", sostuvo.
La declarante contó que "lo que supimos es que esa mañana muy temprano como todos los días salía de mi casa y fue interceptado por gente que después los vecinos identificaron como gente como característica propia, como un Falcon verde, con vestimentas de grupos militares".
"Se lo habían llevado con bastante violencia porque discutía mucho, mi mamá siempre lo refería, de hecho ni mi mamá ni nosotros lo vimos, ella los escuchaba porque estuvieron merodeando", afirmó.
La mujer quien reside en Monte Hermoso desde marzo de 1977 y contó que "cuando mi mamá percibe que ya no estaba, sale a la calle, había vecinos que le confirmaron esto" al indicar que "inmediatamente va a la comisaría de la calle Alem para radicar la denuncia, no se la toman".
También comentó que su madre recorrió muchos lugares junto con familiares y hasta llamados a la Universidad donde "no hubo respuesta".
"Al otro día vuelve a mi casa (por su madre), estaba todo revuelto, nos habían robado todo y habían dejado carteles en las paredes muy intimidatorios y hasta habían matado al perro que era muy cuidador", expresó.
Garbiero afirmó además que "hasta habían hecho pozos en el patio buscando vaya a saber qué, no sé" y que en forma paralela "la familia de mi mamá tenía un campo en la zona de Coronel Dorrego y había aparecido gente bajo las mismas condiciones, la misma forma de expresarse incluso habían pintado las paredes, no coincidían los autos pero lo estaban buscando a él, pedían por él" en referencia a su padre.
"Días previos, lo había visto yo, había gente arriba del techo de mi casa, mi papá nos pedía que no mirábamos algún camión con militares, que estuviéramos al margen de esa situación", apuntó.
Sobre la búsqueda de su padre la testigo sostuvo que "por relato de mis abuelos y de mi mamá y por escritos de mi abuelo, habían hecho denuncias en varios organismos, habían ido a fiscalía, en las comisarías que en algunas ni siquiera le tomaron la denuncia, sin ningún resultado".
"Iba a la escuela, me quedé hasta terminarla en Bahía Blanca con mis tíos y mi mamá y mi hermano se fueron al campo para el verano definir que nos veníamos a vivir a Monte Hermoso", agregó al indicar que "nunca más tuvimos novedades de él".
Garbiero expresó que "la verdad que es difícil sobrellevar, éramos muy chicos nosotros, supimos después de unos meses que mi mamá nos dijo lo que había pasado".
Por último dijo: "entiendo que después de tantos años es difícil reconstruir una historia, lo único que se pretende es esto de sumar a esto que tanta gente padeció, saber la verdad, qué pasó, más allá de todo; es uno de los peores estados de las desapariciones, uno no tiene dimensión de dónde, por qué y qué siendo chico es muy difícil construir y sobrellevar esto".
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