(30/12/22 - Mafia Judicial/PRO/CABA)-.Una nueva filtración del los chats de Telegram del Ministro de Justicia porteño, Marcelo D'Alessandro revela delitos y connivencias incompatibles con un funcionario honesto y meucho más aún con un funcionario de la democracia, algo que parece no preocupar al intendente porteño, Horacio Rodríguez Larreta, ni a la alianza derechista que integra, Juntos por el Cambio, la que aparenta ignorar el tema, de la misma forma que mira para el otro lado ante el escandaloso caso del diputado Gerardo Milman.
En los chats mencionados, el Ministro de Justicia de Rodríguez Larreta se comunica con el empresario Marcelo Violante, a cargo del servicio tercerizado de acarreo de vehículos en infracción en la Ciudad, en los que Violante lo consulta sobre la confianza para delarle "sobres con miles de dólares" (¿será esta la respuesta al porque del irrisorio canon de cincuenta mil pesos mensuales que paga su empresa por el derecho a facturar millones?).
También hay comunicaciones con Silvio Robles, vocero y mano derecha del Ministro de la Corte Suprema de Justicia Horacio Rosatti, en los cuales este último (que no es abogado, ni entendido en el tema legal) le brinda indicaciones de los pasos a seguir para impedir que los miembros del Frente de Todos en representación del Senado de la Nación (algo que enprincipio se supone fue realizado por el propio Rosetti, dada la falta de idoneidad en el tema de Robles.
Otro de los chats del todavía Ministro (¿se atreverá el intendente Rodríguez Larreta a mantenerlo en el cargo?) aunque borrados, son con el ex fiscal Bidone, quien fuera despojado de su cargo al comprobarse judicialmente su participación en la organización delictiva comandada por el falso espía D'Alessio.
D'Alessandro asumió el centro de la escena de la corrupción de Juntos por el Cambio al aparecer entre los integrantes de la banda denominada 'Mafia Judicial' que se volvió famosa por protagonizar una pantagruélica reunión en la mansión del magnate británico Joe Lewis, financiado por el Grupo Clarín, y en el que formaban parte jueces, fiscales, empresartios de medios, ex espías y funcionarios porteños.
El escándalo se potenció cuando trascendió un chat donde los magistrados y el resto de los integrantes del grupo acordaban como falsificar pruebas para salir indemnes de la vergonzosa entente.
La situación hubiera resultado insostenible para cualquier funcionario de cualquier gobierno medianamente democrático, solo con el primer escándalo, pero parece ser que cometer ilícitos, tener reuniones prohibidas por el protocolo y cobrar coimas de miles de dólares no son un impedimento para los valores 'republicanos de la alianza derechista Juntos por el Cambio.
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