(30/12/22 - Brasil)-.El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro (foto), dio hoy su último discurso antes de dejar el cargo, en el que reivindicó las protestas en las puertas de los cuarteles que piden un golpe de Estado, aunque aclaró que no las lidera; alentó a sus seguidores a no desistir para ser oposición "inteligente" a su sucesor, Luiz Inácio Lula da Silva, y condenó el intento de atentado terrorista por parte de sus seguidores en el aeropuerto de Brasilia.
"El mundo no termina el 1 de enero, no hay un todo o nada, hay que tener inteligencia y mostrar que somos diferentes a ellos, que respetamos la ley y la Constitución", aseguró en relación a la fecha de asunción de Lula y del fin de su gobierno de cuatro años, tras fracasar en su intento reeleccionista en octubre.
En una transmisión por Facebook de 52 minutos, en la que lloró y expresó tristeza por la derrota, el mandatario mostró datos de su gestión e intentó justificarse ante sus seguidores que le reclaman un autogolpe desde que perdió la elección.
En ese sentido, dijo que no participó ni lideró a estos movimientos, a los que defendió y reivindicó. "Yo me he guardado este tiempo sin participar de estos movimientos, son personas que se movilizan por su cuenta", aseguró.
Bolsonaro dijo que no le fue ofrecida "ninguna aventura" y que "siempre" ha jugado "dentro de las cuatro líneas de la Constitución", para desvincularse de los movimientos golpistas que desde la elección protestan para pedir una intervención del Ejército, anular los comicios e impedir la asunción del líder del PT por tercera vez.
"La protesta es pacífica, siguiendo la ley, tiene que ser respetada. Siempre estaré actuando dentro de la Constitución", aseguró Bolsonaro en su discurso, en el cual volvió a acusar de "parcial" a la justicia electoral por su rol durante la campaña que culminó con la victoria de Lula en el balotaje del 30 de octubre por 50,9% a 49,1%.
El presidente intentó alimentar a sus seguidores y los felicitó por la "garra" y el patriotismo" y en el plano institucional aseguró que en febrero el nuevo Congreso asumirá "más a la derecha", con mayor capacidad de hacer oposición a Lula.
En ese marco, omitió que las protestas en los cuarteles son para pedir golpe de Estado y dijo: "Esta masa de gente que fue a la puerta de los cuarteles lo hace para pedir 'socorro', transparencia, respeto a la Constitución".
El mandatario saliente no habló sobre su posible viaje a Estados Unidos a partir de este sábado, sobre el que se especula hace días en el país, aunque el Diario Oficial de la Unión publicó ayer que ocho funcionarios fueron designados a viajar a Miami a partir del 1 de enero como parte de la comitiva de seguridad a la que tienen derecho los expresidentes.
"Di mi sangre y mi vida por Brasil, si de algo sirvió mi gobierno es haber atrasado cuatro años la llegada nuevamente de la izquierda. No se termina Brasil el 1 de enero. Tenemos una masa de personas que entienden mejor de política", aseguró el ultraderechista en un trecho del discurso, entre lágrimas.
En la segunda alocución desde que perdió las elecciones hace dos meses ante Lula, Bolsonaro lanzó un mensaje a sus seguidores y avisó que formará parte de la oposición a partir del domingo: "Se pierden batallas, pero no la guerra".
Auguró el fracaso del gobierno de Lula y dijo que el líder del Partido de los Trabajadores (PT) será el responsable del aumento de los combustibles a partir de enero, en caso de retirar la reducción tributaria que ha disminuido la recaudación de los estados en los últimos seis meses para proyectos sociales.
El ultraderechista se refirió al acto terrorista que preparó el empresario George Washington Souza, al colocar dinamita en un camión cisterna en el aeropuerto internacional Juscelino Kubitschek de Brasilia. El responsable del fallido atentado confesó que quería generar caos para evitar la asunción de Lula y obligar a Bolsonaro a decretar el estado de sitio.
"Si alguien comete un error, enseguida le dicen bolsonarista. Nada justifica este intento ocurrido en Brasilia de hacer terrorismo en la región del aeropuerto. Gracias a Dios el elemento fue detenido, pero lo califican como bolsonarista, así lo trata la prensa", dijo el mandatario.
Bolsonaro fustigó al juez Alexandre de Moraes por haber conducido a la justicia electoral a su entender en forma "parcial", aunque aclaró que no quería volver a cuestionar las urnas electrónicas.
Sostuvo que en Brasil "corre riesgo la libertad de expresión" y que se abren investigaciones por comentarios en WhatsApp, en alusión a las causas abiertas contra él y sus aliados por diseminar "fake news" y conspiraciones contra las instituciones.
Bolsonaro se refirió al próximo gobierno como "Lula 3" y fustigó el rumbo político de Brasil en el contexto latinoamericano y citó como ejemplo a los presidentes de Venezuela, Nicolás Maduro, de Nicaragua, Daniel Ortega, y de Chile, Gabriel Boric.
"Vean quién vendrá a Brasilia el domingo, jefes de Estado como Maduro, Boric, Ortega, el Foro de Sao Paulo, que cambió de nombre a Grupo de Puebla. Es una mala señal. Esa gente asumió y los países quedaron peores, no queremos al país empeorando", sostuvo.
En una decisión publicada hoy en el boletín oficial, el gobierno de Bolsonaro canceló la resolución de 2019 que determinaba la prohibición de ingreso a Brasil de Maduro y sus ministros, en el marco del no reconocimiento del gobierno de Caracas, cuando Brasilia se alineó al Estados Unidos de Donald Trump y a la Colombia de Iván Duque para desconocer al mandatario venezolano.
De esta forma, el presidente venezolano está en condiciones de asistir el próximo domingo a la ceremonia de asunción de Lula.
En su discurso de despedida, Bolsonaro dijo que jamás pensó que iba a llegar a ser presidente y que, al fin de cuentas, su objetivo fue "atrasar cuatro años que Brasil se sumerja en la ideología nefasta que es la izquierda, que fracasó en todo el mundo y fracasará en Brasil".
"Si ustedes están con bronca, imaginen yo", señaló a sus militantes.
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