Desde hace más de 17 años los habitantes de la Franja de Gaza sufren una carencia en la corriente eléctrica. Todo esto se debe al asedio impuesto por el régimen sionista. De no encontrarse una pronta solución podría estallar un gran desastre humanitario.
La familia Abu Gaben es una de las miles de familias de la Franja de Gaza afectada negativamente por esta crisis eléctrica. Esta familia residente en un campo de refugiados, no solo sufre de pobreza, sino que también de los largos periodos del corte de electricidad.
Los campamentos de refugiados son las zonas más perjudicadas en el corte del suministro de la corriente eléctrica. Pueden pasar más de 24 horas sin electricidad, lo que hace difícil sobrellevar cualquier aspecto del día a día.
Una grave situación que repercute a muchos aspectos, afectando así factores esenciales para la vida cotidiana como la salud mental y física, la educación y la alimentación.
La electricidad es un requisito fundamentalmente básico para vivir. Por desgracia, los habitantes de la Franja de Gaza carecen de ella, puesto que están sometidos a cortes en el suministro de electricidad más de 20 horas al día.
Esta crisis no solo ha afectado a familias, sino que también al comercio. El sector comercial es uno de los sectores más afectados, ya que los dueños de las fábricas se someten a muchas interrupciones en sus trabajos debido a estos cortes. Estas personas se ven obligadas a detener en trabajo y en muchos casos a cerrar.
La principal causa de esta crisis es el bloqueo israelí, sumando a esto el crecimiento de la población en los últimos años. Según datos de la compañía eléctrica, la población gazatí necesita un suministro de 450 megavatios diarios para cubrir todas las necesidades de los sectores, pero actualmente solo puede proporcionar 190.
La oscuridad se apodera poco apoco en la Franja de Gaza y en sus habitantes. Si no se encuentra solución, pronto podría estallar un grave desastre humanitario.
Por Huda Hegazi, desde Gaza
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