(28/10/21 - Cine Documental)-.El filme cuenta el proceso de reincorporación social de seis desmovilizados después de los acuerdos de paz de 2016 por el que las FARC dejaron las armas y se convirtieron en un partido político legal. "La subjetividad es total y es de ellos", dijo a Télam el director Ricardo Coral.
"Memorias guerrilleras", cuenta el proceso de reincorporación social de seis desmovilizados después de los acuerdos de paz de 2016 por el que las FARC dejaron las armas y se convirtieron en un partido político legal.
"Memorias guerrilleras", cuenta el proceso de reincorporación social de seis desmovilizados después de los acuerdos de paz de 2016 por el que las FARC dejaron las armas y se convirtieron en un partido político legal.
Medio centenar de ex integrantes de las extintas FARC decidieron el guión, produjeron y filmaron algunas historias elegidas en el proceso de regreso a la vida civil, resultado de lo cual se estrenó "Memorias guerrilleras", la primera película hecha íntegramente por ex insurgentes que viene a alimentar el precepto de que el cine constituye, de alguna manera, una herramienta de transformación social.
En 116 minutos, "Memorias…" cuenta el proceso de reincorporación social de seis desmovilizados después de los acuerdos de paz de 2016 por el que las FARC dejaron las armas y se convirtieron en un partido político legal, aunque algunos grupos disidentes mantienen la lucha armada.
El filme responde a una iniciativa de Ricardo Coral, guionista y director que nunca había apuntado a esta clase de cine. La idea se le cruzó mientras recorría una zona veredal del departamento de Cauca y vio que varios exguerrilleros se capacitaban en comunicación y producción audiovisual.
En verdad, Coral –figura reconocida en Colombia- estaba detrás de un proyecto propio y ambicioso: una película sobre Manuel Marulanda, Tirofijo, el fundador de las FARC. Pero entonces se le instaló una duda que funcionó como disparador y que era saber si era posible que los desmovilizados contaran, a su modo y con sus propias palabras, por qué habían llegado a la lucha armada y qué les pasaba ahora, en plena reconversión.
El resultado es un relato difícil de encasillar: no es una reivindicación de la lucha armada, no es una crítica al Estado y no es un documental, pero tampoco una ficción. Son cinco casos –elegidos entre alrededor de mil- en una suerte de collage.
"Es difícil de calificar. Para mí es ficción, desde el momento en que ellos mismos están actuando porque se recrean momentos. Pero definitivamente es un documento fílmico, que da cuenta de cómo funcionaba una organización que nunca se vio retratada de esa forma. Surgió como cinco cortos que se convertían en una película y cada una contaba su historia", relató Coral.
En declaraciones a Télam desde Bogotá, reveló que después alguien consideró que "hacía falta ver a los guerrilleros y ahí se sumaron las entrevistas. Después se agregó el 'making off', como una suerte de proceso pedagógico de cómo se hizo y así se fue llenando de 'parte documental'".
Las jornadas de producción superaron a menudo las 13, 14 horas diarias y el grupo de desmovilizados recibió asesoramiento únicamente de ocho profesionales de la industria del cine llegados especialmente desde Bogotá, que se esmeraron por no distorsionar ni el relato ni lo que los exguerrilleros querían mostrar.
De alrededor de mil historias iniciales, hubo una primera selección y quedaron 30, luego 10 y finalmente 5, aunque una de ellas tiene a dos protagonistas.
Coral destinó 4.000 dólares de su propio bolsillo para la producción, con la ventaja de que los "actores", las locaciones, la alimentación y hasta las luces y cámaras ya estaban en el Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación (ETCR) de La Elvira, en el Cauca, pero después venía la posproducción, casi siempre más costosa.
Luego, el grupo ganó en 2019 el Premio a Posproducción del Fondo para el Desarrollo Cinematográfico entre 16 proyectos, lo que sumó otros 42.700 dólares y permitió terminar la película "con lujo de detalles", según Coral.
De alguna manera, la apuesta al cine independiente que implica "Memorias…" obligó a algunas novedades: además de su llegada a salas, puede verse a través de internet en el sitio memoriasguerrilleras.indyon.tv, una plataforma también desarrollada por excombatientes, y del pago de cada espectador (2,6 dólares) el 60% se destina a proyectos productivos de los desmovilizados.
Los ex FARC se agruparon en el Colectivo Audiovisual David Marín, un nombre que homenajea al protagonista, director de arte y fotógrafo de la película, asesinado en julio del 2019.
"Cinco historias paralelas que narran las vivencias de los y las combatientes en la guerra, sus temores y conflictos en el proceso de transición a una vida sin armas. Esta película es una visión del conflicto, contada por quienes lo sufrieron en carne propia. Nunca antes, la guerra en Colombia había sido narrada de tal manera", resume la sinopsis de la película en su sitio.
El trabajo se estrenó el 2 de este mes, una fecha nada azarosa: fue un 2 de octubre, también, cuando la ciudadanía colombiana, en 2016, votó No a los acuerdos de paz, después de una intensa campaña de las fuerzas de derecha, lo que obligó a renegociar el entendimiento.
Menos de un mes antes, vestidos íntegramente de blanco y ante presidentes y jefes de Estado de todo el mundo, el jefe de las FARC, Rodrigo Londoño, alias Timochenko, y el presidente Juan Manuel Santos habían firmado la paz en Cartagena de Indias.
En noviembre repetirían la rúbrica, sobre un texto ya renegociado, esta vez en Bogotá. El acuerdo le serviría a Santos para ganar ese mismo año el Premio Nobel de la Paz.
Y un poco antes, en septiembre, 1.000 ex combatientes habían lanzado en la céntrica Plaza Bolívar de Bogotá el partido político Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC, ahora Comunes).
"Las críticas pueden decir lo que quieran, y yo responderé. Para los delitos ya documentados está la JEP (Jurisdicción Especial para la Paz). Acá ellos están haciendo un recuento de sus vidas, de cómo les fue a ellos", reseñó Coral.
"No todos fueron reclutados", sino que "hubo quien se sumó porque no había otra cosa que hacer, o por venganza porque los paras (paramilitares) mataron a sus padres o un hermano, o porque querían estudiar y la chance era esa", contó el cineasta y agregó: "Eso era el Estado para ellos. Yo no tengo por qué hacer un relato histórico. La subjetividad es total y es de ellos".
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