Hombre fuerte del Partido de la Costa, Juan Pablo de Jesús será vicejefe de Gabinete y acompañará a Martín Insaurralde en la gestión. De Jesús se suma al intendente de Punta Indio que quedará al frente de Vialidad provincial.
De esta manera, el Gobierno de Kicillof sigue incorporando referencias «territoriales» a su equipo, con el objetivo de abroquelar a la liga de intendentes y cohesionar la unidad dañada tras el revés electoral.
De Jesús, jefe del peronismo del Partido de la Costa, pese a haber dejado de ser intendente en 2019, estará a las órdenes de Martín Insaurralde, quien dejó la intendencia de Lomas de Zamora para recalar en la Jefatura de Gabinete bonaerense en reemplazo de «Carli» Bianco.
Por su parte, Yzurieta será subalterno inmediato de otra de las caras nuevas en el Gabinete de Kicillof: el ahora ex intendente de Malvinas Argentinas Leonardo Nardini, quien juró como nuevo ministro de Infraestructura y Servicios Públicos.
“Le quiero comunicar a la comunidad de Punta Indio que el gobernador Axel Kicillof junto al jefe de gabinete de ministros, Martín Insaurralde, y el ministro de Infraestructura, Leonardo Nardini, me convocaron para ejercer el cargo de Administrador General de la Dirección de Vialidad de la Provincia de Buenos Aires”, escribió Yzurieta en su cuenta de Facebook.
“En lo personal es un gran desafío y pondré todo mi esfuerzo y experiencia en beneficio de la provincia de Buenos Aires pero seguiré acompañando y trabajando para el crecimiento de Punta Indio. Solicitaré licencia y quien asumirá la Intendencia del Distrito es David Angueira, actualmente Presidente del Concejo Deliberante, quien contará con todo mi apoyo en esta nueva etapa”, agregó.
De esta manera, luego del encumbramiento de dos intendentes del conurbano como Insaurralde y Nardini, llegó el turno de integrar al Gobierno a referentes del PJ del Interior Provincial.
Esta apertura del gobierno bonaerense a nuevos actores, en detrimento de la composición más uniforme que tenía el Gabinete con mayoría de ministros afines al mandatario kirchnerista, se hizo carne luego de un viaje relámpago de Kicillof a El Calafate, donde Cristina Kirchner definió la estrategia para recuperar volumen político y dar un mensaje conciliador a la interna, tras los coletazos de la crisis en que estuvo sumido el Frente de Todos tan solo una semana atrás.
El jefe de La Cámpora, Máximo Kirchner, también cinchó para abrir el Gobierno bonaerense y darle juego a los intendentes, especialmente a Insaurralde, su principal aliado político en la relación con los otros jefes comunales del PJ.
Cuando llegó a La Plata en 2019, Kicillof se había juramentado no «lotear» su Gabinete, y tenía suficiente espalda política para hacerlo porque venía de ganar por paliza a su antecesora María Eugenia Vidal.
Fue así que colocó a una mayoría de ministros de su propio riñón y algunos otros que le impuso Cristina Kirchner como Sergio Berni y Julio Alak.
La derrota en las PASO obligó a poner las barbas en remojo y recalibrar la estrategia para transitar los dos últimos dos años de mandato.
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