El estudio -titulado El ácido tánico suprime el SARS-CoV-2 como inhibidor dual de la proteasa principal viral y la proteasa celular TMPRSS2- fue publicado a fines del año 2020 y sostiene que “el análisis molecular demuestra que el ácido tánico forma un complejo termodinámicamente estable con dos proteínas”.
Durante la pasada pandemia del 2003 ocasionada por el virus SARS (pariente del actual), los estudios que se hicieron entonces revelaron que el tratamiento con ácido tánico era muy efectivo. Ahora, los investigadores buscaron confirmar si esta acción se ejercía sobre el nuevo virus.
El investigador independiente del CONICET y profesor adjunto en Química y Microbiología en la UBA, Patricio Santagapita, explicó en diálogo con Las últimas noticias en qué consisten los resultados de la investigación.
“Hacer un estudio de este tipo es absolutamente difícil porque es intentar discriminar factores como dieta, estado de salud en general, estrés, dónde se vive”- aclaró- Establecer causalidades es muy difícil, tal vez sí correlaciones, una vinculación”.
En esa línea, el investigador explicó que el estudio fue llevado a cabo en células y no en pacientes, y demostró que el ácido tánico presente en el vino “inhibe dos proteínas: una directamente del SARS-COV-2 y otra que es una proteína nuestra. Las dos inhiben la entrada del virus y, también, que se replique en el caso de entrar”.
Además, Santagapita precisó que los resultados que se obtienen en el laboratorio no siempre pueden determinarse en los pacientes. “A nosotros nos traviesa el sistema digestivo. Una cosa es presentárselo a una célula y, otra, es comerlo. En el intestino va a ser absorbido, va al hígado y a la sangre, es más complejo”, remarcó.
El ácido tánico tiene propiedades antioxidantes y astringentes, y está presente en el vino tinto, té, café, espinacas, pasas de uva negras, guayaba, caqui, cerezas, granada y arándanos.
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