Durante una reunión con altos funcionarios, Lukashenko afirmó el viernes que su país es capaz de hacer frente a los disturbios, debido al “poder considerable” de su Fuerza Armada, pero, en caso de que sea necesario, Minsk “no dudará” en invitar a las tropas rusas.
“Si es necesario para la seguridad del Estado de la Unión, que estamos construyendo, y para la seguridad de Bielorrusia y Rusia, desplegar todas las Fuerzas Armadas (rusas) con todo tipo de armamento, se desplegarán aquí inmediatamente. En este momento, no hay necesidad de ello, y tenemos un Ejército bastante fuerte, consolidado y compacto”, aseveró.
Según el presidente de Bielorrusia, se puede movilizar rápidamente 500 000 soldados en caso de contingencia, “aparte del personal territorial (las fuerzas de Defensa territorial bielorrusas) y esto ya es un poder considerable”.
Antes, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, informó que Bielorrusia no había solicitado la ayuda militar de Rusia, detallando que tendría que presentar una solicitud formal para poder desplegar un contingente ruso allí.
El Occidente ha abierto frentes contra Bielorrusia desde las elecciones presidenciales del pasado agosto en las que Lukashenko obtuvo el 80,1 % de los votos. No obstante, su principal oponente política, Sviatlana Tsikhanouskaya, rechazó los resultados oficiales, alegando un supuesto fraude, sin aportar ninguna prueba.
Eso mientras que la oposición bielorrusa cuenta con el respaldo de Estados Unidos. En un último avance, el presidente norteamericano, Joe Biden, se reunió el miércoles con Tikhanovskaya en la Casa Blanca, donde esta le entregó a la Administración de Biden una petición para la imposición de nuevas sanciones contra Minsk.
Cabe mencionar que Estados Unidos y la Unión Europea (UE) ya han impuesto una serie de sanciones a empresas y funcionarios bielorrusos por las acusaciones de fraude electoral, que Bielorrusia ha rechazado como infundadas. Sin embargo, Moscú ha mantenido estrechos vínculos militares y económicos con Minsk.
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