En este sentido, la ministra británica del Interior, Priti Patel, mantuvo conversaciones con autoridades danesas para discutir la posibilidad de compartir un centro de inmigración al estilo australiano en África, tal como recogió el lunes el diario The Times.
No obstante, el Ministerio del Interior del Reino Unido negó tener alguna intención de trabajar con Copenhague en una instalación para inmigrantes en el extranjero y tampoco comentó sobre el supuesto plan de expulsar a los sin papeles.
Anteriormente, Dinamarca había anunciado que deportaría a algunos refugiados sirios y, a principios de junio, aprobó una ley para enviar indocumentados a centros en posibles países socios.
En el caso de Londres, sería la primera vez que el Proyecto de Ley de Nacionalidad y Fronteras, una ley propuesta del Parlamento del Reino Unido sobre inmigración y asilo, tendría una disposición que habilita un centro de inmigración en el extranjero.
Al respecto, la sucursal de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en el Reino Unido criticó tal plan de Londres, subrayando la necesidad de la cooperación global para superar una crisis mundial.
“El Reino Unido debería buscar soluciones a través de la cooperación en lugar de transferir la responsabilidad a los países menos ricos”, hizo hincapié el organismo, a través de un mensaje emitido en Twitter.
En esta línea, Freedom from Torture, una organización de derechos humanos, indicó que estos planeados centros de asilo enfrentarían importantes desafíos legales, además, violan la Convención de Refugiados de 1951, así como la Convención Europea de Derechos Humanos, un tratado que el Reino Unido acordó cumplir después de la Segunda Guerra Mundial.
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