Los dos gobiernos ya acordaron los puntos fundamentales, tras seis años de negociaciones, mientras que el aspecto más importante aún no cerrado es el apartado de las compensaciones, reportó la emisora Deutschlandfunk al citar fuentes del Ministerio de Exteriores.
El gobierno alemán está dispuesto a reconocer, desde el punto de vista actual, que las matanzas de decenas de miles de personas de las etnias herero y nama en la entonces África sudoccidental, colonia del Reich alemán, supusieron un genocidio.
Hasta ahora Berlín había sido reticente a emplear este término, en parte porque implicaba el pago de compensaciones. En noviembre de 2019 el Parlamento alemán utilizó por primera vez la palabra para referirse a este crimen.
Los representantes de los herero y los nama exigían indemnizaciones individuales, mientras Berlín abogaba por inversiones en las tierras que habitaban estas dos etnias y que nunca se recuperaron totalmente tras las intervenciones alemanas.
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