(17/09/20 - CABA)-.Alguien debiera avisarle al gobierno más egoísta del país que algunas cosas no son como las perciben en sus pequeñas cabecitas con veredas cambiadas tres veces al año.
La nota debiera ser seria, o en tono serio, pero después de haber borrado una sucesión extraña y un tanto ininteligible de insultos concatenados en vez de un concepto de porque no puede ni debe compararse una escuela con un bar como ha hecho la titular de educación del gobierno derechista de CABA, Soledad Acuña, decidimos tratar con un camino humorístico.
Es que mientras sigue priorizando poner macetas en las esquinas, por las que paga casi un netbook de las que algunos miles de pibes de CABA carecen para estudiar, y colocando baldosas sobre otras baldosas que reemplazaron a otras baldosas ese mismo gobierno PRO dejó sin agua a las villas de su territorio condenando a los vecinos a una muerte más que probable.
Pero no se queda aquí, mientras sigue pregonando el ejercicio de la libertad de salir a tomarse un cafecito mientras los jubilados de CABA son derivados al conurbano para ser tratados del Covid, su responsable de educación hace un paralelismo entre los bares y las escuelas y propone que los pibes tengan clases al aire libre.
Y es que desde sus meritocráticas mentes derechosas, como tomarse una cerveza es ejercer el derecho a la libertad, ¡¡¿cómo va a parecerle mal a la tilinga que está al frente de educación una locura comparar una escuela con un bar.
Proponer lo absurdo, defender la absurdo
Porque la ministra de Educación porteña equiparó los bares y las aulas al defender el pedido de vuelta a la presencialidad en las escuelas porteñas en plazas y espacios públicos elevado a la cartera nacional de Nicolás Trotta.
Soledad Acuña defendió la propuesta presentada a las autoridades nacionales para un regreso parcial a clases presenciales "de forma cuidada, en el espacio público" en el distrito y señaló que, "así como los bares, las escuelas también sacan las mesas a la calle".
"Estamos convencidos de que, después de seis meses, los chicos y chicas necesitan el contacto con sus pares y sus docentes, volver a la presencialidad de forma cuidada en el espacio público, como propusimos al ministro de Educación de la Nación", remarcó hoy Acuña en diálogo con Radio La Red.
En ese sentido, la funcionaria porteña comparó la reciente apertura de bares con mesas en las veredas con la propuesta para volver a la presencialidad en las escuelas: "Así como los bares, las escuelas también sacan las mesas a la calle".
"Propusimos sacar a las mesas de las aulas a la calle e hicimos cuatro propuestas en particular en ese sentido porque creemos que hay que volver de a poco a la presencialidad para quienes más lo necesitan", explicó Acuña.
Al respecto, la ministra de Educación refirió que se encuentran trabajando con el área de Transporte de la Ciudad "para planificar cortar calles y que las clases sean dos horas, dos veces por semana".
Los cuatro casos en los que la cartera educativa de la Ciudad propuso el regreso de clases en plazas de los 48 barrios porteños son para "los 6.500 chicos que abandonaron la escuela, a quienes propusimos hacer apoyo escolar en plazas de la Ciudad, donde hay más de 300 cerradas y son seguras", indicó.
A su vez, el proyecto apunta al grupo de niños de primer grado quienes, según aseguró Acuña, tuvieron que aprender a escribir y leer en sus casas con sus mamás y papás, sin un docente.
"Para los más chicos, propusimos hacer espacios de lectura en esas plazas cerradas, que son seguras y para los de quinto y sexto, que terminan el ciclo y tienen que pensar un proyecto de vida", agregó.
Otra cuarta propuesta de regreso a la presencialidad es para los adultos que estaban estudiando en institutos terciarios, como gastronomía, y "tienen sus prácticas que necesitan ser evaluados, para ellos proponemos hacerlo en espacios públicos, porque es gente que necesita el título para trabajar".
Además de gastronomía, podrán hacer sus prácticas y exámenes los alumnos de nivel superior y formación profesional de turismo, actividad física y deporte, realización y producción televisiva, y fotografía, tanto de gestión pública como privada.
En cambio, para los estudiantes secundarios, las clases serán sobre la calle donde funciona la escuela, que serán cortadas en el horario de 10 a 12, y los alumnos asistirán dos veces por semana.
En el caso que la escuela se encuentre sobre una avenida, la propuesta contempla cortar una calle alternativa para instalar allí los pupitres. El Gobierno porteño estima que el programa podría alcanzar a 13.158 alumnos de 170 escuelas públicas y otros 17.344 de 349 colegios privados.
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