(05/05/20 - Arqueología)-.Los arqueólogos encontraron obras de arte ocultas durante miles de años en el templo egipcio de Osiris en Karnak, construido durante el reinado del faraón Taharka.
Los hallazgos fueron realizados por un grupo de expertos dirigido por el Dra. Aleksandra Hallmann, del Instituto de Culturas Mediterráneas y Orientales de la Academia de Ciencias de Polonia, que estudiaban las decoraciones de una de las muchas capillas en templo Karnak (este) dedicado a dios Osiris y construido en el siglo VII a. C., a finales de la XXV dinastía, durante el reinado del faraón Taharka.
Se trata de obras de policromía (el arte de pintar o decorar con varios colores) que permanecieron ocultas durante milenios pues se desvanecieron e incluso llegaron a desaparecer con el transcurrir del tiempo, haciéndose prácticamente invisibles al ojo humano.
“Esta situación dificulta el estudio de la historia de los monumentos egipcios. Como regla general, la falta de policromía puede significar que la decoración del templo no se ha completado, se ha destruido o eliminado deliberadamente, o que se ha desvanecido con el tiempo. Nuestros hallazgos ayudan no solo a comprender mejor las formas de decorar la capilla, sino también su historia”, explica la doctora Hallmann.
Según un informe publicado por la revista Nauka Polsce, los científicos han utilizado diversos métodos como la fotografía fluorescente ultravioleta con reflectografía infrarroja que les ha permitido revelar pinturas azules, sin embargo, las nuevas técnicas, cada vez más utilizadas, permiten descubrir decoraciones invisibles a simple vista.
La estructura consta de dos habitaciones interconectadas. En una de ellas, las decoraciones se representa el mundo de los muertos y el de los vivos, mientras que la otra expresa la vida después de la muerte. La capilla no ha sobrevivido hasta nuestros días, lo que dificulta su análisis.
La pintura empleada en policromía hallada es principalmente azul. Este color es considerado uno de los más antiguos tintes sintéticos. Se obtiene calentando una mezcla de carbonato de calcio y dióxido de silicio a unos 800-1000 grados centígrados. A menudo, se utilizaba para decorar elementos arquitectónicos y crear imágenes, entre otras cosas.
Los hallazgos fueron realizados por un grupo de expertos dirigido por el Dra. Aleksandra Hallmann, del Instituto de Culturas Mediterráneas y Orientales de la Academia de Ciencias de Polonia, que estudiaban las decoraciones de una de las muchas capillas en templo Karnak (este) dedicado a dios Osiris y construido en el siglo VII a. C., a finales de la XXV dinastía, durante el reinado del faraón Taharka.
Se trata de obras de policromía (el arte de pintar o decorar con varios colores) que permanecieron ocultas durante milenios pues se desvanecieron e incluso llegaron a desaparecer con el transcurrir del tiempo, haciéndose prácticamente invisibles al ojo humano.
“Esta situación dificulta el estudio de la historia de los monumentos egipcios. Como regla general, la falta de policromía puede significar que la decoración del templo no se ha completado, se ha destruido o eliminado deliberadamente, o que se ha desvanecido con el tiempo. Nuestros hallazgos ayudan no solo a comprender mejor las formas de decorar la capilla, sino también su historia”, explica la doctora Hallmann.
Según un informe publicado por la revista Nauka Polsce, los científicos han utilizado diversos métodos como la fotografía fluorescente ultravioleta con reflectografía infrarroja que les ha permitido revelar pinturas azules, sin embargo, las nuevas técnicas, cada vez más utilizadas, permiten descubrir decoraciones invisibles a simple vista.
La estructura consta de dos habitaciones interconectadas. En una de ellas, las decoraciones se representa el mundo de los muertos y el de los vivos, mientras que la otra expresa la vida después de la muerte. La capilla no ha sobrevivido hasta nuestros días, lo que dificulta su análisis.
La pintura empleada en policromía hallada es principalmente azul. Este color es considerado uno de los más antiguos tintes sintéticos. Se obtiene calentando una mezcla de carbonato de calcio y dióxido de silicio a unos 800-1000 grados centígrados. A menudo, se utilizaba para decorar elementos arquitectónicos y crear imágenes, entre otras cosas.
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