(19/03/20 - Capitalismo Al Palo)-.Los 2153 milmillonarios que hay en el mundo poseen más riqueza que 4600 millones de personas (un 60% de la población mundial), según revela Oxfam en un informe publicado hoy, la víspera del Foro Económico Mundial de Davos (Suiza).
La desigualdad en el mundo está profundamente arraigada y ha alcanzado un nivel escandaloso. El número de milmillonarios en el mundo se ha duplicado en la última década. Amitabh Behar, director ejecutivo de Oxfam India, que está en Davos representando a la confederación Oxfam, ha señalado: “La brecha entre ricos y pobres no puede eliminarse sin la adopción de políticas contra la desigualdad. Pero muy pocos Gobiernos se han comprometido a adoptarlas”.
En América Latina y el Caribe el 20% de la población concentra el 83% de la riqueza. El número de milmillonarios en la región ha pasado de 27 a 104 desde el año 2000. En grave contraste, la pobreza extrema está aumentando. En 2019, 66 millones de personas, es decir, un 10,7% de la población vivía en extrema pobreza, de acuerdo a datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
En su informe Tiempo para el cuidado, Oxfam muestra además cómo el modelo económico sexista profundiza la crisis de desigualdad, permitiendo a una élite millonaria acumular vastas fortunas a expensas del resto de la ciudadanía, especialmente de las mujeres y niñas en mayor situación de pobreza:
Las mujeres y niñas dedican al trabajo de cuidados no remunerado 12 500 millones de horas diariamente, lo que supone una contribución a la economía global de al menos 10,8 billones de dólares anuales, una cifra que triplica el tamaño de la industria mundial de la tecnología.
Un incremento de tan solo el 0,5% adicional al impuesto a la riqueza del 1% más rico de la población durante los próximos 10 años, permitiría recaudar los fondos necesarios para invertir en la creación de 117 millones de puestos de trabajo de cuidados en sectores como la educación, la salud, el cuidado infantil y la asistencia a las personas mayores.
"Las mujeres y niñas son uno de los grupos que menos se benefician del sistema económico actual. Dedican miles de millones de horas a cocinar, limpiar y cuidar de los niños y niñas y las personas mayores. El trabajo de cuidados es el "motor oculto" que mantiene en funcionamiento nuestras economías, empresas y sociedades. Este trabajo recae principalmente sobre las mujeres, por lo que, a menudo, apenas tienen tiempo para recibir una educación, ganar un salario digno o participar en la toma de decisiones en la sociedad. Esto las atrapa en la parte más baja de la pirámide económica", añade Behar.
Todos requerimos de cuidados, pero no todos cuidamos. Las mujeres son quienes realizan más de las tres cuartas partes del trabajo de cuidados no remunerado. A menudo se ven forzadas a reducir su jornada laboral o renunciar a su empleo para poder hacerse cargo del trabajo de cuidados. En todo el mundo, el 42% de las mujeres no puede acceder a un empleo porque son las responsables del trabajo de cuidados, en comparación con tan solo el 6% de los hombres. Dadas estas cifras, es urgente asegurar una redistribución justa de las tareas de cuidado entre hombres y mujeres. Los estados y las empresas también están obligados a aportar a estas tareas de cuidado, bien sea a través de la provisión de servicios como guarderías e incentivos, u otorgando tiempo y facilidades para que toda la ciudadanía asuma su responsabilidad de cuidado.
De acuerdo un informe desarrollado por Oxfam en Bolivia, el cuidado de los niños y niñas, en especial si son menores de 12 años, repercute en la inserción laboral de las mujeres de manera significativa. Se estima que cada niño o niña adicional menor de 13 años reduce en 6% la probabilidad de que una mujer acceda a un trabajo remunerado.
En América Latina y el Caribe, aun cuando las mujeres logran conseguir y mantener un empleo, es en condiciones precarias: el 49% de las mujeres empleadas en la región, ganan menos del salario mínimo mensual correspondiente a su país.
Las mujeres también constituyen dos terceras partes de la mano de obra que se ocupa del trabajo de cuidados remunerado. Empleos como el de enfermera, trabajadora del hogar o cuidadora a menudo están mal remunerados, proporcionan escasos beneficios, conllevan un horario irregular y pueden suponer un importante desgaste físico y emocional.
El informe de Oxfam pone de manifiesto que los Gobiernos aplican unos impuestos extremadamente bajos a las personas y empresas más ricas, y por lo tanto no obtienen ingresos suficientes para ayudar a aliviar la responsabilidad del trabajo de cuidados que recae sobre las mujeres y a combatir la pobreza y la desigualdad.
"Los Gobiernos han generado esta crisis desigualdad y ahora deben tomar medidas para resolverla. Deben asegurarse de que las empresas y personas ricas paguen su justa parte de impuestos e incrementar las inversiones en infraestructuras y servicios públicos. Deben también aprobar leyes para abordar el enorme trabajo de cuidados que recae sobre las mujeres y niñas y garantizar que las personas que desempeñan algunos de los trabajos más importantes para nuestra sociedad (cuidar de nuestros mayores, nuestras hijas e hijos, y las personas más vulnerables) reciban un salario digno. Los Gobiernos deben dar la misma importancia al trabajo de cuidados que al resto de sectores para construir una economía más humana que funcione para todas las personas y no únicamente para unos pocos afortunados" subraya Behar.
Fuente: OXFAM
La desigualdad en el mundo está profundamente arraigada y ha alcanzado un nivel escandaloso. El número de milmillonarios en el mundo se ha duplicado en la última década. Amitabh Behar, director ejecutivo de Oxfam India, que está en Davos representando a la confederación Oxfam, ha señalado: “La brecha entre ricos y pobres no puede eliminarse sin la adopción de políticas contra la desigualdad. Pero muy pocos Gobiernos se han comprometido a adoptarlas”.
En América Latina y el Caribe el 20% de la población concentra el 83% de la riqueza. El número de milmillonarios en la región ha pasado de 27 a 104 desde el año 2000. En grave contraste, la pobreza extrema está aumentando. En 2019, 66 millones de personas, es decir, un 10,7% de la población vivía en extrema pobreza, de acuerdo a datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
En su informe Tiempo para el cuidado, Oxfam muestra además cómo el modelo económico sexista profundiza la crisis de desigualdad, permitiendo a una élite millonaria acumular vastas fortunas a expensas del resto de la ciudadanía, especialmente de las mujeres y niñas en mayor situación de pobreza:
Las mujeres y niñas dedican al trabajo de cuidados no remunerado 12 500 millones de horas diariamente, lo que supone una contribución a la economía global de al menos 10,8 billones de dólares anuales, una cifra que triplica el tamaño de la industria mundial de la tecnología.
Un incremento de tan solo el 0,5% adicional al impuesto a la riqueza del 1% más rico de la población durante los próximos 10 años, permitiría recaudar los fondos necesarios para invertir en la creación de 117 millones de puestos de trabajo de cuidados en sectores como la educación, la salud, el cuidado infantil y la asistencia a las personas mayores.
"Las mujeres y niñas son uno de los grupos que menos se benefician del sistema económico actual. Dedican miles de millones de horas a cocinar, limpiar y cuidar de los niños y niñas y las personas mayores. El trabajo de cuidados es el "motor oculto" que mantiene en funcionamiento nuestras economías, empresas y sociedades. Este trabajo recae principalmente sobre las mujeres, por lo que, a menudo, apenas tienen tiempo para recibir una educación, ganar un salario digno o participar en la toma de decisiones en la sociedad. Esto las atrapa en la parte más baja de la pirámide económica", añade Behar.
Todos requerimos de cuidados, pero no todos cuidamos. Las mujeres son quienes realizan más de las tres cuartas partes del trabajo de cuidados no remunerado. A menudo se ven forzadas a reducir su jornada laboral o renunciar a su empleo para poder hacerse cargo del trabajo de cuidados. En todo el mundo, el 42% de las mujeres no puede acceder a un empleo porque son las responsables del trabajo de cuidados, en comparación con tan solo el 6% de los hombres. Dadas estas cifras, es urgente asegurar una redistribución justa de las tareas de cuidado entre hombres y mujeres. Los estados y las empresas también están obligados a aportar a estas tareas de cuidado, bien sea a través de la provisión de servicios como guarderías e incentivos, u otorgando tiempo y facilidades para que toda la ciudadanía asuma su responsabilidad de cuidado.
De acuerdo un informe desarrollado por Oxfam en Bolivia, el cuidado de los niños y niñas, en especial si son menores de 12 años, repercute en la inserción laboral de las mujeres de manera significativa. Se estima que cada niño o niña adicional menor de 13 años reduce en 6% la probabilidad de que una mujer acceda a un trabajo remunerado.
En América Latina y el Caribe, aun cuando las mujeres logran conseguir y mantener un empleo, es en condiciones precarias: el 49% de las mujeres empleadas en la región, ganan menos del salario mínimo mensual correspondiente a su país.
Las mujeres también constituyen dos terceras partes de la mano de obra que se ocupa del trabajo de cuidados remunerado. Empleos como el de enfermera, trabajadora del hogar o cuidadora a menudo están mal remunerados, proporcionan escasos beneficios, conllevan un horario irregular y pueden suponer un importante desgaste físico y emocional.
El informe de Oxfam pone de manifiesto que los Gobiernos aplican unos impuestos extremadamente bajos a las personas y empresas más ricas, y por lo tanto no obtienen ingresos suficientes para ayudar a aliviar la responsabilidad del trabajo de cuidados que recae sobre las mujeres y a combatir la pobreza y la desigualdad.
"Los Gobiernos han generado esta crisis desigualdad y ahora deben tomar medidas para resolverla. Deben asegurarse de que las empresas y personas ricas paguen su justa parte de impuestos e incrementar las inversiones en infraestructuras y servicios públicos. Deben también aprobar leyes para abordar el enorme trabajo de cuidados que recae sobre las mujeres y niñas y garantizar que las personas que desempeñan algunos de los trabajos más importantes para nuestra sociedad (cuidar de nuestros mayores, nuestras hijas e hijos, y las personas más vulnerables) reciban un salario digno. Los Gobiernos deben dar la misma importancia al trabajo de cuidados que al resto de sectores para construir una economía más humana que funcione para todas las personas y no únicamente para unos pocos afortunados" subraya Behar.
Fuente: OXFAM
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