(19/03/20 - Opinión, *Por Jorge rachid)-.Un ejército en operaciones, es un conjunto de elementos que confluyen en un mismo objetivo, con herramientas diferentes, pero funcionales a la conducción estratégica del mismo, por lo cual, como en una alianza electoral amplia, con la cual se ha derrotado en una simple, pero no menos importante batalla electoral al neoliberalismo, en general posterga definiciones a largo plazo, abocado al tiempo real de la guerra.
Una guerra se gana cuando se derrota la voluntad del enemigo de dar batalla. En ese sentido el largo camino de la lucha por la Liberación Nacional de la Patria Grande, está aún lejos y la conformación de masa crítica para vencer, está en plena ejecución. Es decir que todavía nos debemos la fortaleza de la unidad política estratégica, que por sí sola no garantiza la alianza electoral. Ese proceso estamos transitando.
El enemigo lo tuvo claro desde que perdió su primer batalla y no dudó en iniciar un ataque con fines tácticos de debilitar al gobierno nacional y popular, en el objetivo estratégico destituyente o de doblegar su voluntad de cambios estructurales al sistema de representaciones republicanas, que fueron desde siempre, excepto con Perón, propiedad de los sectores de la reacción entreguista y claudicante a los intereses imperiales, con pérdida de Soberanía, como sucedió en el macrismo. Néstor y Cristina recuperaron en parte esa esas estructuras, como el sistema previsional, YPF, Aysa y otras.
Algunos pensarán entonces que estoy planteando un seguidismo a ciegas de las medidas del gobierno. De ninguna manera, creo que debe enarbolarse el pensamiento crítico, como necesario e indispensable de la militancia política. Es más, sin pensamiento crítico no hay militancia política, sólo adhesión en el mejor de los casos u objetivos laborales, que pueden ser legítimos, pero de ninguna manera subordinar el accionar político.
Desafío
Cuando me refiero al “fuego amigo”, estoy planteando la necesidad que las críticas, que siempre pueden darse en el marco del desarrollo de nuestro gobierno, deben medir las condiciones de la política, colocarla en contexto, analizar sus variables que desde siempre son: tiempo y espacio.
Cuando una acción se desarrolla a destiempo tiene todas las posibilidades de fracasar y cuando el espacio no posee la correlación de fuerzas necesarias, puede perderse esa batalla.
El gobierno no tiene la responsabilidad de pelear, tiene el deber de vencer y para ello debe contar con todas las fuerzas necesarias, la inteligencia del diseño estratégico de las medidas tácticas que está tomando. Lo cual implica, sin dudas un desafío importante a la militancia política, que es plantear, desde el llano, poniendo la discusión en el seno de la Comunidad Organizada, que debe propiciar como construcción estratégica, lo objetivos a largo plazo el diseño del Modelo Social y Productivo Solidario de Justicia Social.
La Comunicación
Como vemos, el gobierno debe trabajar gobernando y la militancia organizando, movilizando, formando cuadros políticos, en su rol de motor necesario en la construcción de una sociedad más justa.
Debemos ocuparnos de deconstruir el discurso del enemigo, de enfrentar las contingencias cotidianas de los ataques, movilizar las fuerzas propias, en objetivos de consolidación de iniciativas políticas que intentan ser detenidas o frustradas por el enemigo.
También debería el gobierno abrir canales de comunicación más cercanos a la militancia, que permitan un intercambio de información veraz de la situación social y económica de las bases, que no siempre se tienen en cuenta en las decisiones macroeconómicas.
En ese sentido el manejo de la administración del estado, en niveles inferiores, está sembrado de “células dormidas” del enemigo y aunque el peronismo nunca decidió políticas de despidos salvajes como el macrismo, deben ser ubicados esos compatriotas, que necesitan trabajar y producir como cualquier argentino, en lugares que no sean obstáculo ni puedan frenar decisiones políticas de los primeros niveles.
Capacitación
Pero para eso también es necesario capacitar, en un marco de ideas de solidaridad, al conjunto de la administración pública, que en afán de trabajar, no entiende cual es el rol del agente público, que se debe con amor a su pueblo, para quien trabaja. El neoliberalismo dominante en lo cultural, ha destruido la cultura de la solidaridad, por lo cual la militancia y la formación permanente, deben reconstruirla, desde la base misma del empleo público y en los territorios en la base social, con organización política.
Estos desafíos son ahora, ante los ataques que está recibiendo el gobierno nacional y popular, que ante la indiferencia pública de esta situación, alimentada por el ocultamiento o tergiversación de los medios hegemónicos, se le estrechan los márgenes de maniobra y hacen dudar a muchos compañeros. Para ello es necesario desarrollar con fuerza, discusiones abiertas de los objetivos estratégicos del país, en el marco de la Patria Grande.
Estrategia
No es exigiendo el cumplimiento de esos objetivos hoy, como contribuiremos a apuntalar al gobierno, sino manteniendo vigente la estrategia como meta, de manera tal que las medidas tácticas que se estén tomando, se desarrollen en la dirección estratégica correcta.
Algunos de esas discusiones estratégicas pasan por la Nueva Constitución, la Unidad Latinoamericana, las empresas públicas y los derechos humanos a los servicios, la liberación de los presos políticos con nulidad de las causas, la modificación del servicio de Justicia.
También la rediscusión de la propiedad de la tierra, la Argentina Bicontinental, el desarrollo científico tecnológico, incluido el nuclear con fines pacíficos, la recuperación de Malvinas y el afianzamiento antártico, la lucha contra el cambio climático, el freno a la expansión de la frontera sojera, el cuidado soberano del agua dulce, las reservas naturales fósiles y minerales, impidiendo la extracción que daña la tierra y las napas, la forestación forzada y recuperación de bosques que oxigenen nuestras vidas, fortalecimiento de la salud y la educación pública con currículas que fortalezcan la conciencia y el pensamiento nacional, entre otras tantas que nos permitan volver a estar orgullosos de ser argentinos.
Todo bajo debate
Todo puede y debe ser discutido en la Argentina de la libertad, que garantizan el peronismo y el movimiento nacional y popular en nuestro gobierno. Ningún tema puede ser vedado, cuando se plantea en honestidad intelectual, como para ser confrontado, sin verdades absolutas.
Pero en un mundo complejo como el que enfrentamos los argentinos, las peleas domésticas o sectarias, la lucha por espacios o lugares preponderantes, dogmáticas u oportunistas, son demasiados pequeñas como para poner en riesgo, el camino de la reconstrucción de un pueblo que ha sido sometido a la canalla del saqueo neoliberal macrista.
(*) Jorge Rachid, es médico, miembro de la organización Primero la Patria.
Una guerra se gana cuando se derrota la voluntad del enemigo de dar batalla. En ese sentido el largo camino de la lucha por la Liberación Nacional de la Patria Grande, está aún lejos y la conformación de masa crítica para vencer, está en plena ejecución. Es decir que todavía nos debemos la fortaleza de la unidad política estratégica, que por sí sola no garantiza la alianza electoral. Ese proceso estamos transitando.
El enemigo lo tuvo claro desde que perdió su primer batalla y no dudó en iniciar un ataque con fines tácticos de debilitar al gobierno nacional y popular, en el objetivo estratégico destituyente o de doblegar su voluntad de cambios estructurales al sistema de representaciones republicanas, que fueron desde siempre, excepto con Perón, propiedad de los sectores de la reacción entreguista y claudicante a los intereses imperiales, con pérdida de Soberanía, como sucedió en el macrismo. Néstor y Cristina recuperaron en parte esa esas estructuras, como el sistema previsional, YPF, Aysa y otras.
Algunos pensarán entonces que estoy planteando un seguidismo a ciegas de las medidas del gobierno. De ninguna manera, creo que debe enarbolarse el pensamiento crítico, como necesario e indispensable de la militancia política. Es más, sin pensamiento crítico no hay militancia política, sólo adhesión en el mejor de los casos u objetivos laborales, que pueden ser legítimos, pero de ninguna manera subordinar el accionar político.
Desafío
Cuando me refiero al “fuego amigo”, estoy planteando la necesidad que las críticas, que siempre pueden darse en el marco del desarrollo de nuestro gobierno, deben medir las condiciones de la política, colocarla en contexto, analizar sus variables que desde siempre son: tiempo y espacio.
Cuando una acción se desarrolla a destiempo tiene todas las posibilidades de fracasar y cuando el espacio no posee la correlación de fuerzas necesarias, puede perderse esa batalla.
El gobierno no tiene la responsabilidad de pelear, tiene el deber de vencer y para ello debe contar con todas las fuerzas necesarias, la inteligencia del diseño estratégico de las medidas tácticas que está tomando. Lo cual implica, sin dudas un desafío importante a la militancia política, que es plantear, desde el llano, poniendo la discusión en el seno de la Comunidad Organizada, que debe propiciar como construcción estratégica, lo objetivos a largo plazo el diseño del Modelo Social y Productivo Solidario de Justicia Social.
La Comunicación
Como vemos, el gobierno debe trabajar gobernando y la militancia organizando, movilizando, formando cuadros políticos, en su rol de motor necesario en la construcción de una sociedad más justa.
Debemos ocuparnos de deconstruir el discurso del enemigo, de enfrentar las contingencias cotidianas de los ataques, movilizar las fuerzas propias, en objetivos de consolidación de iniciativas políticas que intentan ser detenidas o frustradas por el enemigo.
También debería el gobierno abrir canales de comunicación más cercanos a la militancia, que permitan un intercambio de información veraz de la situación social y económica de las bases, que no siempre se tienen en cuenta en las decisiones macroeconómicas.
En ese sentido el manejo de la administración del estado, en niveles inferiores, está sembrado de “células dormidas” del enemigo y aunque el peronismo nunca decidió políticas de despidos salvajes como el macrismo, deben ser ubicados esos compatriotas, que necesitan trabajar y producir como cualquier argentino, en lugares que no sean obstáculo ni puedan frenar decisiones políticas de los primeros niveles.
Capacitación
Pero para eso también es necesario capacitar, en un marco de ideas de solidaridad, al conjunto de la administración pública, que en afán de trabajar, no entiende cual es el rol del agente público, que se debe con amor a su pueblo, para quien trabaja. El neoliberalismo dominante en lo cultural, ha destruido la cultura de la solidaridad, por lo cual la militancia y la formación permanente, deben reconstruirla, desde la base misma del empleo público y en los territorios en la base social, con organización política.
Estos desafíos son ahora, ante los ataques que está recibiendo el gobierno nacional y popular, que ante la indiferencia pública de esta situación, alimentada por el ocultamiento o tergiversación de los medios hegemónicos, se le estrechan los márgenes de maniobra y hacen dudar a muchos compañeros. Para ello es necesario desarrollar con fuerza, discusiones abiertas de los objetivos estratégicos del país, en el marco de la Patria Grande.
Estrategia
No es exigiendo el cumplimiento de esos objetivos hoy, como contribuiremos a apuntalar al gobierno, sino manteniendo vigente la estrategia como meta, de manera tal que las medidas tácticas que se estén tomando, se desarrollen en la dirección estratégica correcta.
Algunos de esas discusiones estratégicas pasan por la Nueva Constitución, la Unidad Latinoamericana, las empresas públicas y los derechos humanos a los servicios, la liberación de los presos políticos con nulidad de las causas, la modificación del servicio de Justicia.
También la rediscusión de la propiedad de la tierra, la Argentina Bicontinental, el desarrollo científico tecnológico, incluido el nuclear con fines pacíficos, la recuperación de Malvinas y el afianzamiento antártico, la lucha contra el cambio climático, el freno a la expansión de la frontera sojera, el cuidado soberano del agua dulce, las reservas naturales fósiles y minerales, impidiendo la extracción que daña la tierra y las napas, la forestación forzada y recuperación de bosques que oxigenen nuestras vidas, fortalecimiento de la salud y la educación pública con currículas que fortalezcan la conciencia y el pensamiento nacional, entre otras tantas que nos permitan volver a estar orgullosos de ser argentinos.
Todo bajo debate
Todo puede y debe ser discutido en la Argentina de la libertad, que garantizan el peronismo y el movimiento nacional y popular en nuestro gobierno. Ningún tema puede ser vedado, cuando se plantea en honestidad intelectual, como para ser confrontado, sin verdades absolutas.
Pero en un mundo complejo como el que enfrentamos los argentinos, las peleas domésticas o sectarias, la lucha por espacios o lugares preponderantes, dogmáticas u oportunistas, son demasiados pequeñas como para poner en riesgo, el camino de la reconstrucción de un pueblo que ha sido sometido a la canalla del saqueo neoliberal macrista.
(*) Jorge Rachid, es médico, miembro de la organización Primero la Patria.
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