(09/03/20 - Ciencia)-.Los científicos hallaron el primer ser vivo que no respira oxígeno. Se trata del parásito Henneguya salminícola (foto), que vive en el tejido muscular de peces y gusanos.
En una investigación, cuyos resultados fueron publicados el martes en la revista científica PNAS, los especialistas analizaron la estructura del parásito y determinaron que en el proceso de su evolución perdió el ADN mitocondrial, que contiene los genes responsables de la respiración.
No es la primera vez que se observa que el proceso de evolución elimina en algunos organismos la capacidad de respirar, ya que las amebas y algunos hongos experimentaron cambios similares. Sin embargo, esta es la primera vez que este cambio se produce en un animal.
“Nuestro descubrimiento muestra que la evolución puede ir en direcciones extrañas. La respiración aeróbica es una de las mayores fuentes de energía y sin embargo encontramos un animal que renunció a esta vía esencial”, declaró Dorothee Hucho, la principal autora del estudio.
En ese contexto, la científica indicó que de momento se desconoce cómo el parásito produce energía, pero sospecha que puede obtenerla del organismo de su huésped o realizar un tipo de respiración sin oxígeno.
Además, indicó que “generalmente se considera” que la evolución hace que los organismos se vuelvan más complejos, pero en este caso se encuentran ante el proceso opuesto.
“Viviendo en un entorno libre de oxígeno, se deshizo de los genes innecesarios responsables de la respiración aeróbica y se convirtió en un organismo aún más simple”, subrayó.
En una investigación, cuyos resultados fueron publicados el martes en la revista científica PNAS, los especialistas analizaron la estructura del parásito y determinaron que en el proceso de su evolución perdió el ADN mitocondrial, que contiene los genes responsables de la respiración.
No es la primera vez que se observa que el proceso de evolución elimina en algunos organismos la capacidad de respirar, ya que las amebas y algunos hongos experimentaron cambios similares. Sin embargo, esta es la primera vez que este cambio se produce en un animal.
“Nuestro descubrimiento muestra que la evolución puede ir en direcciones extrañas. La respiración aeróbica es una de las mayores fuentes de energía y sin embargo encontramos un animal que renunció a esta vía esencial”, declaró Dorothee Hucho, la principal autora del estudio.
En ese contexto, la científica indicó que de momento se desconoce cómo el parásito produce energía, pero sospecha que puede obtenerla del organismo de su huésped o realizar un tipo de respiración sin oxígeno.
Además, indicó que “generalmente se considera” que la evolución hace que los organismos se vuelvan más complejos, pero en este caso se encuentran ante el proceso opuesto.
“Viviendo en un entorno libre de oxígeno, se deshizo de los genes innecesarios responsables de la respiración aeróbica y se convirtió en un organismo aún más simple”, subrayó.
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