La operación se llevó a cabo en medio del avance de las fuerzas kurdas que operan ilegalmente en Siria apoyadas por EE.UU., hacia la localidad de Al-Baghuz, último bastión del autodenominado Estado Islámico (Daesh en árabe).
En los operativos se encontraron extensos túneles y campamentos sin personas pero en los que existían armas de alto poder.
Pese a la rendición, algunos terroristas de origen extranjero siguen llamando a la rebelión. Es el caso de Abu Abd al-Azeem, quien realizó un video de propaganda en el que afirma que “Mañana si Dios quiere, estaremos en el paraíso y ellos, (los que se oponen a un califato) arderán en el infierno”
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