(10/04/20 - ¡Cambiemos!)-.La ex ministra de represión de la dictablanda macrista, Patricia Bullrich Luro Pueyrredón volvió a la carga desde las trincheras del canal partidario de noticias TN en la avanzada opositora para desgastar al gobierno aprovechando la cuarentena.
En este caso, la ex ministra de la primera Alianza, protagonista como ministra de trabajo del escándalo denominado "de las Banelco" que protagonizó el comienzo del fin del gobierno derechista, salió a rasgarse las vestiduras por la compra de alimentos por sobre el precio de mercado que costara el puesto a quince funcionarios del gobierno.
Si bien hasta aquí no ha habido esclarecimiento alguno ni pruebas de corrupción, la ministra de represión de la alianza neoliberal conservadora Cambiemos señaló que "desde la oposición no podemos poner en cuarentena nuestros principios. Lo que pasó con la compra de alimentos en primer lugar es una aberración".
Más allá de la necesidad de esclarecer el tema hasta las últimas consecuencias, es clara la necesidad de algún tipo de coherencia a la hora de desgarrarse las vestiduras con el tema honestidad.
Bullrich, que últimamente no se disfraza de milica como cuando era ministra, no puede obviar que comía asados con Triaca Junior, que se llevaba los pan dulces de las obras sociales intervenidas por su ministerio y ponía a su personal de servicio a cobrar un sueldo para no tener que pagarle de su bolsillo, y el amigo del alma de su jefe político, que con sus políticas permitió la evasión de miles d emillones de dólares (solo por dar dos ejemplos).
Es de preguntarse en este punto si los principios de Cambiemos estarían tomando el sol en reposera, en una de las tantas vacaciones de Mauricio Macri, mientras estas cosas pasaban.
Es claro que más allá de las posturas mediáticas de acompañamiento ante la crisis que afecta al país, y en línea con lo que fue la gestión de gobierno (llamar al diálogo y reprimir de manera salvaje) Cambiemos buscará sacar el mayor rédito posible a la crisis aún a costa de la vida de los argentinos.
Quizá la ex ministra de represión crea que este tipo de acciones, como fogonear cacerolazos y pedirle a los funcionarios que se bajen el sueldo (se acordará que ella no lo hizo cuando recortó 13% a los jubilados) es una herramienta válida cuando se acerque la hora de los comicios.
No obstante, hasta alguno de sus compañeros de espacio PRO le está cuestionando las actitudes petardistas y desestabilizadoras que propicia en las últimas semanas y que van aislando a los sectores desestabilizadores que buscan mantener las prebendas de unos pocos a costa de la vida de miles.
Quizás sea hora de hacer sonar a coro en los balcones un pedido unánime: ¡Devolvé el auto oficial Pato! ¡Salud!
En este caso, la ex ministra de la primera Alianza, protagonista como ministra de trabajo del escándalo denominado "de las Banelco" que protagonizó el comienzo del fin del gobierno derechista, salió a rasgarse las vestiduras por la compra de alimentos por sobre el precio de mercado que costara el puesto a quince funcionarios del gobierno.
Si bien hasta aquí no ha habido esclarecimiento alguno ni pruebas de corrupción, la ministra de represión de la alianza neoliberal conservadora Cambiemos señaló que "desde la oposición no podemos poner en cuarentena nuestros principios. Lo que pasó con la compra de alimentos en primer lugar es una aberración".
Más allá de la necesidad de esclarecer el tema hasta las últimas consecuencias, es clara la necesidad de algún tipo de coherencia a la hora de desgarrarse las vestiduras con el tema honestidad.
Bullrich, que últimamente no se disfraza de milica como cuando era ministra, no puede obviar que comía asados con Triaca Junior, que se llevaba los pan dulces de las obras sociales intervenidas por su ministerio y ponía a su personal de servicio a cobrar un sueldo para no tener que pagarle de su bolsillo, y el amigo del alma de su jefe político, que con sus políticas permitió la evasión de miles d emillones de dólares (solo por dar dos ejemplos).
Es de preguntarse en este punto si los principios de Cambiemos estarían tomando el sol en reposera, en una de las tantas vacaciones de Mauricio Macri, mientras estas cosas pasaban.
Es claro que más allá de las posturas mediáticas de acompañamiento ante la crisis que afecta al país, y en línea con lo que fue la gestión de gobierno (llamar al diálogo y reprimir de manera salvaje) Cambiemos buscará sacar el mayor rédito posible a la crisis aún a costa de la vida de los argentinos.
Quizá la ex ministra de represión crea que este tipo de acciones, como fogonear cacerolazos y pedirle a los funcionarios que se bajen el sueldo (se acordará que ella no lo hizo cuando recortó 13% a los jubilados) es una herramienta válida cuando se acerque la hora de los comicios.
No obstante, hasta alguno de sus compañeros de espacio PRO le está cuestionando las actitudes petardistas y desestabilizadoras que propicia en las últimas semanas y que van aislando a los sectores desestabilizadores que buscan mantener las prebendas de unos pocos a costa de la vida de miles.
Quizás sea hora de hacer sonar a coro en los balcones un pedido unánime: ¡Devolvé el auto oficial Pato! ¡Salud!
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