(10/04/20 - Estados Unidos)-.El senador demócrata Bernie Sanders abandonó ayer la interna para ser candidato presidencial en los comicios de noviembre próximo en Estados Unidos, lo que perfiló al ex vicepresidente Joe Biden como el rival que disputará la reelección del presidente Donald Trump.
La decisión del veterano senador socialista garantiza que el ex vicepresidente será el rival del presidente Donald Trump en los comicios del 3 de noviembre.
"Al ver la crisis que azota la nación, no puedo continuar en buena conciencia con una campaña que no puedo ganar y que interferiría en el importante trabajo requerido por todos nosotros en esta difícil hora", dijo Sanders en referencia a la pandemia del coronavirus, en un mensaje a sus seguidores desde su centro de campaña en el estado noriental de Vermont.
"Aunque esta campaña llega a su fin, nuestro movimiento continúa", exhortó.
El veterano senador de perfil socialista, de 78 años, aseguró que trabajará con Biden, a quien calificó como "un hombre decente", para derrotar en las elecciones del próximo 3 de noviembre al "presidente más peligroso de la historia estadounidense".
La campaña de Sanders dijo que el ex precandidato comunicó su decisión de poner fin a su segundo intento de obtener la candidatura durante una videoconferencia con su equipo, según consignó la cadena CNN.
El senador comenzó su última campaña en medio de dudas sobre si podría reeditar la magia de su primer intento de 2016, cuando miles de votantes lo eligieron como una alternativa por izquierda a su rival, la ex secretaria de Estado Hillary Clinton, quien luego perdió con Trump.
Pero, pese al apoyo inquebrantable de las bases progresistas del partido, no pudo superar las dudas sobre la viabilidad de su candidatura en medio de temores a que su ideología socialista fuera difícil de digerir para muchos votantes independientes que definirán el próximo presidente.
En tanto, el actual mandatario republicano no tardó en reaccionar con ironía a la salida de Sanders de la carrera a la Casa Blanca y recalcó en su cuenta de Twitter las divisiones existentes en la oposición.
"Bernie Sanders está AFUERA! Gracias a Elizabeth Warren. Si no fuera por ella, Bernie hubiese ganado en casi todos los estados en el Super Martes!", escribió Trump en alusión a la otra precandidata progresista que disputó las primarias demócratas.
"Esto terminó tal como querían los demócratas y su Comité Nacional, al igual que pasó con el fraudulento fiasco de Hillary (en las primarias de 2016). La gente de Bernie debería venirse al Partido Republicano", disparó.
Si bien Sanders logró alentadores resultados al inicio de las primarias, con victorias en Nuevo Hampshire y Nevada, comenzó a perder apoyos a medida que el rango de aspirantes se acortaba y la cúpula demócrata cerraba filas tras el centrista Biden, quien además fue ganando interna tras interna y alcanzó una cifra de delegados casi imposible de remontar para el senador por Vermont.
Antes de que la crisis sanitaria por la Covid-19 interrumpiera las primarias, el vicepresidente de Barack Obama lideraba la contienda demócrata con 1.217 delegados frente a los 917 con los que contaba su único rival, Sanders, aún lejos de los 1.991 compromisarios necesarios para obtener la nominación.
Sustentada en contribuciones de pequeños donantes, el apoyo masivo de los jóvenes y un ejército de voluntarios, se había convertido en un ejemplo de los movimientos de base en Estados Unidos.
"La campaña no solo va a ganar las primarias, no solo va a ganar a (el presidente) Donald Trump (...) Con la ayuda de ustedes, vamos a transformar el país y crear una economía y un gobierno para todos, no solo para el 1 por ciento", dijo Sanders al lanzar su candidatura en marzo de 2019, frase que repitió como un mantra.
No obstante, la campaña se vio limitada ante la incapacidad del aparato demócrata de encajar sus propuestas, al considerarlas excesivamente aventuradas, y su dificultad para movilizar a votantes de mayor edad y minorías claves como los afroamericanos.
Más allá de esta disyuntiva, el senador por Vermont logró incluir en la agenda de debate estadounidense cuestiones consideradas tabú hace unos años, como la instauración de unos sistemas de salud y educación públicos y universales.
Por eso, pese a su retirada, Sanders recalcó esta tarde que había logrado la "victoria ideológica".
La interna demócrata termina ahora con Estados Unidos como uno de los países más afectados por la pandemia de coronavirus, que provocó la suspensión de todo acto presencial de Sanders y Biden y que llevó a muchos estados a retrasar su primaria o su caucus.
La decisión del veterano senador socialista garantiza que el ex vicepresidente será el rival del presidente Donald Trump en los comicios del 3 de noviembre.
"Al ver la crisis que azota la nación, no puedo continuar en buena conciencia con una campaña que no puedo ganar y que interferiría en el importante trabajo requerido por todos nosotros en esta difícil hora", dijo Sanders en referencia a la pandemia del coronavirus, en un mensaje a sus seguidores desde su centro de campaña en el estado noriental de Vermont.
"Aunque esta campaña llega a su fin, nuestro movimiento continúa", exhortó.
El veterano senador de perfil socialista, de 78 años, aseguró que trabajará con Biden, a quien calificó como "un hombre decente", para derrotar en las elecciones del próximo 3 de noviembre al "presidente más peligroso de la historia estadounidense".
La campaña de Sanders dijo que el ex precandidato comunicó su decisión de poner fin a su segundo intento de obtener la candidatura durante una videoconferencia con su equipo, según consignó la cadena CNN.
El senador comenzó su última campaña en medio de dudas sobre si podría reeditar la magia de su primer intento de 2016, cuando miles de votantes lo eligieron como una alternativa por izquierda a su rival, la ex secretaria de Estado Hillary Clinton, quien luego perdió con Trump.
Pero, pese al apoyo inquebrantable de las bases progresistas del partido, no pudo superar las dudas sobre la viabilidad de su candidatura en medio de temores a que su ideología socialista fuera difícil de digerir para muchos votantes independientes que definirán el próximo presidente.
En tanto, el actual mandatario republicano no tardó en reaccionar con ironía a la salida de Sanders de la carrera a la Casa Blanca y recalcó en su cuenta de Twitter las divisiones existentes en la oposición.
"Bernie Sanders está AFUERA! Gracias a Elizabeth Warren. Si no fuera por ella, Bernie hubiese ganado en casi todos los estados en el Super Martes!", escribió Trump en alusión a la otra precandidata progresista que disputó las primarias demócratas.
"Esto terminó tal como querían los demócratas y su Comité Nacional, al igual que pasó con el fraudulento fiasco de Hillary (en las primarias de 2016). La gente de Bernie debería venirse al Partido Republicano", disparó.
Si bien Sanders logró alentadores resultados al inicio de las primarias, con victorias en Nuevo Hampshire y Nevada, comenzó a perder apoyos a medida que el rango de aspirantes se acortaba y la cúpula demócrata cerraba filas tras el centrista Biden, quien además fue ganando interna tras interna y alcanzó una cifra de delegados casi imposible de remontar para el senador por Vermont.
Antes de que la crisis sanitaria por la Covid-19 interrumpiera las primarias, el vicepresidente de Barack Obama lideraba la contienda demócrata con 1.217 delegados frente a los 917 con los que contaba su único rival, Sanders, aún lejos de los 1.991 compromisarios necesarios para obtener la nominación.
Sustentada en contribuciones de pequeños donantes, el apoyo masivo de los jóvenes y un ejército de voluntarios, se había convertido en un ejemplo de los movimientos de base en Estados Unidos.
"La campaña no solo va a ganar las primarias, no solo va a ganar a (el presidente) Donald Trump (...) Con la ayuda de ustedes, vamos a transformar el país y crear una economía y un gobierno para todos, no solo para el 1 por ciento", dijo Sanders al lanzar su candidatura en marzo de 2019, frase que repitió como un mantra.
No obstante, la campaña se vio limitada ante la incapacidad del aparato demócrata de encajar sus propuestas, al considerarlas excesivamente aventuradas, y su dificultad para movilizar a votantes de mayor edad y minorías claves como los afroamericanos.
Más allá de esta disyuntiva, el senador por Vermont logró incluir en la agenda de debate estadounidense cuestiones consideradas tabú hace unos años, como la instauración de unos sistemas de salud y educación públicos y universales.
Por eso, pese a su retirada, Sanders recalcó esta tarde que había logrado la "victoria ideológica".
La interna demócrata termina ahora con Estados Unidos como uno de los países más afectados por la pandemia de coronavirus, que provocó la suspensión de todo acto presencial de Sanders y Biden y que llevó a muchos estados a retrasar su primaria o su caucus.
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